Este tema no señala a una ciudad específica, pero desentraña la esencia común de las grandes metrópolis del mundo, descritas como corazones de hormigón, cemento y polución. A pesar de su ritmo pegadizo, la letra teje una crítica contundente a la vida citadina, delineando la urbe como una amalgama de bien y mal, una cárcel que al mismo tiempo ofrece libertad. En esta metrópoli, poblada pero solitaria, la ansiedad se convierte en un veneno insidioso.
Javier Gurruchaga, al dar voz a la letra de Joaquín Sabina en "Corazón de Neón", añade profundidad a la narrativa de la canción. Sabina, en su época de éxito con el álbum "Hotel, dulce hotel", explora la metáfora del neón, a veces confundiendolo con estrellas. La ciudad de neón, sin embargo, no es solo un paisaje desolador; revela su aspecto positivo al transformarse en un inmenso barril de cerveza.
En esta pieza musical, el autor y el cantante exponen una visión devastadora de la realidad urbana. Rascacielos carentes de emoción, carreteras saturadas de alquitrán que conducen a ninguna parte, y una sensación abrumadora de monstruosidad en comparación con lugares más apacibles. La ciudad, donde coexisten Dios y el Diablo, se convierte en una encrucijada en la que las promesas pueden evaporarse rápidamente, dejando a sus habitantes con las manos vacías y la sensación de soledad en medio de la multitud.
En 1990, Sandra Mihanovich y Celeste Carballo re-interpretaron la canción en su álbum "Mujer contra mujer". Joaquín Sabina, autor de la letra, ha compartido la interpretación con Andrés Calamaro. En 2008, Javier Gurruchaga colaboró en una versión con la mexicana Alejandra Guzmán. El tema ha perdurado en el tiempo, siendo interpretado por El Sevilla en el talent show "Tu cara me suena" en 2015, demostrando la atemporalidad de su crítica y su resonancia en distintas épocas y contextos.
Tema musical incluido en el #expediente 17, del 24.11.2023
Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 17
