En los círculos ocultistas, la comparación entre ángeles y antiguos dioses paganos sugiere una continuidad entre las creencias y mitologías de diferentes culturas. Este paralelo resalta la fascinación que los seres humanos han sentido hacia entidades divinas, tanto en sus aspectos espirituales como en los más terrenales, como el amor y la sexualidad.
Los relatos bíblicos sobre los ángeles destacan su conexión con la humanidad, especialmente en términos de atracción sexual. La narrativa del Libro de Enoc detalla cómo estos seres celestiales, seducidos por la belleza de las mujeres humanas, descienden a la Tierra para unirse a ellas. Este mito, conocido como la Segunda Guerra de los Ángeles, revela una dimensión de deseo y pasión en las relaciones entre lo divino y lo humano.
La descendencia de estas uniones, los “Nephilim” y los “Vigilantes”, añade una capa adicional de complejidad al mito, sugiriendo una interacción directa entre los reinos celestiales y terrenales. Esta fusión de lo divino y lo humano no solo resulta en una progenie híbrida, sino que también desencadena conflictos cósmicos, como el Diluvio, que borra estas conexiones impuras de la faz de la Tierra.
La idea de que las personas con habilidades mágicas descienden de los “Nephilim” proporciona una explicación alternativa para fenómenos sobrenaturales y talentos ocultos. Esta noción sugiere que ciertos individuos tienen una herencia divina que les otorga poderes especiales, estableciendo una conexión directa entre lo humano y lo celestial.
La figura de Ida Craddock encarna esta idea de manera contemporánea. Su afirmación de estar casada con un ángel desafía las convenciones sociales y religiosas de su época, al tiempo que subraya la creencia en la posibilidad de relaciones íntimas entre humanos y seres celestiales. Su trabajo en la Sociedad Teosófica y su defensa de la sexualidad femenina la posicionan como una precursora en la exploración de la espiritualidad y la sexualidad en el contexto del ocultismo.
La persecución y encarcelamiento de la ocultista por parte de la “Sociedad para la Supresión del Vicio” refleja la tensión entre las normas sociales conservadoras y la búsqueda de conocimiento esotérico. Su lucha por compartir sus ideas sobre el amor entre ángeles y humanos evidencia la resistencia institucional contra las interpretaciones heterodoxas de lo divino y lo sagrado.
Sus escritos, "Novios Celestiales" y "Matrimonio Psíquico", exploran las dimensiones espirituales y eróticas de las relaciones entre ángeles y humanos. Estas obras ofrecen una perspectiva única sobre el amor y la sexualidad, desafiando las concepciones convencionales sobre el deseo y la intimidad.
La influencia de Ida Craddock y otros ocultistas en la comprensión moderna de las relaciones entre ángeles y humanos resalta la persistencia de estos temas en la cultura contemporánea. La idea de que los ángeles pueden intervenir en las vidas amorosas de las personas plantea preguntas profundas sobre el destino y el libre albedrío, así como sobre la naturaleza misma de la divinidad y su relación con la humanidad.
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