El uso recurrente de la imagen de las manos, que se mueven entre sombras y se guardan en sábanas apolilladas, es particularmente poderoso. Estas manos que alternan entre el acto mágico y la inacción, entre el conjuro y el abandono, simbolizan la ambivalencia entre esperanza y resignación. La descripción de las sábanas, “apolilladas y húmedas,” evoca una sensación de tiempo detenido, de objetos que han quedado en el olvido, cargados de soledad. Aquí, la magia no es una solución ni una fuente de poder inquebrantable; es, en cambio, un intento de la protagonista de encontrar consuelo en un mundo que parece no ofrecerlo.
La letra refleja una resignación sutil pero poderosa, especialmente en el verso que sugiere que, si un sueño persiste, es solo para verlo morir. Esta línea expresa una aceptación ante la finitud de los deseos y el constante choque con la realidad, donde incluso los anhelos más profundos y los sueños más significativos son efímeros. En esta visión sombría, la magia, lejos de otorgar control sobre el destino, se convierte en una manifestación del deseo y la desesperación, una expresión de vulnerabilidad que refuerza el tema de la fragilidad humana.
“Bruja”, en su esencia, es una canción que medita sobre la naturaleza efímera de la esperanza y la inevitabilidad de la pérdida. Con su lenguaje oscuro y simbólico, la canción plantea que los deseos, como los hechizos, tienen un límite y que, a pesar de los intentos por alterar la realidad o vencer la soledad, la incertidumbre y el dolor persisten.
Tema musical incluido en el #expediente 66, del 01.11.2024
Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 66
