También conocido como "Sarita" en Venezuela o "Cupido, Cupido" en Colombia, ha sido objeto de fascinación y misterio en diversas comunidades. Este ritual, que ha ganado popularidad en las escuelas y entre los jóvenes, tiene raíces profundas en la tradición y la superstición de América Latina. Según la tradición venezolana, el nombre "Sarita" evoca el espíritu de una mujer indígena vengativa que, en asociación con el Diablo, posee la capacidad de responder preguntas de quienes juegan con ella. Por otro lado, desde el punto de vista colombiano, se cree que este juego actúa como una especie de invocación para atraer algún tipo de entidad demoníaca.
El proceso del juego es relativamente simple. Solo se necesitan dos monedas de igual valor, y se recomienda jugar en compañía por razones de seguridad y entretenimiento. Las monedas se lanzan al aire junto con la pregunta inicial, que suele ser "Sarita" o "Cupido, Cupido", seguida de "¿Puedo entrar?". Las respuestas del juego son bastante directas: si ambas monedas muestran cara, la respuesta es un "Sí"; si una moneda cae en cara y la otra en cruz, es un "Tal vez"; si ambas monedas muestran cruz, es un "No". Si se permite la entrada, se pueden hacer más preguntas, abarcando temas desde lo trivial hasta lo profundamente personal.
Existen cuestiones que se consideran peligrosas y se deben evitar, como intentar que el espíritu o entidad se manifieste de alguna manera. Además, para finalizar el juego, se debe hacer una última pregunta: "¿Puedo salir?" Uno de los aspectos más inquietantes del juego es lo que sucede si te niegan la salida tres veces. Según la creencia popular, quedar atrapado significa que el espíritu de Sarita o la entidad invocada por Cupido te perseguirán y atormentará. Se dice que pueden conducirte al suicidio o traer una mala suerte que acabará con tu vida.
Por otro lado, si tienes la fortuna de salir del juego, el siguiente paso crucial es deshacerte de las monedas. Existe la creencia de que estas siempre regresarán a su dueño original y traerán consigo desgracias. Al igual que con otros juegos de invocación, jugar con el Diablo nunca está exento de consecuencias. El juego de las monedas es un fenómeno cultural que despierta tanto la curiosidad como el temor en aquellos que se aventuran a participar en él. Sus raíces en la tradición y la superstición latinoamericanas lo convierten en una experiencia cargada de misterio y riesgo, donde los límites entre lo real y lo sobrenatural se difuminan, dejando a los participantes en un estado de incertidumbre y asombro.
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