Redactada entre los siglos X y XI, es el testimonio principal de los viajes de San Brandán. En el año 516, partió en un barco con catorce compañeros en busca del Paraíso Terrenal. Durante su travesía, se toparon con un mar lleno de islas, y la identidad de estas ha sido motivo de debate a lo largo de los siglos. Algunos sugieren que podrían haber llegado a América, lo que haría que sea posiblemente el primer europeo en hacerlo. Otros han asociado estos lugares como Islandia, las Islas Feroe o incluso las Islas Canarias. La leyenda cuenta que los monjes celebraron una misa en una isla que resultó ser una ballena, lo que dio origen a la idea de una "isla errante" en el océano Atlántico. La Navigatio también narra encuentros con islotes misteriosos, habitados por seres extraños y maravillosos, así como la prueba más aterradora: el paso del infierno, donde monstruos escupían fuego hacia su barco.
Estos acontecimientos son respaldados por el testimonio de Adamnano, quien escribió una “Vida de San Columbano”, aproximadamente cincuenta años después de la muerte del legendario monje. Abades irlandeses posteriores continuaron su obra y establecieron comunidades religiosas en diversas regiones. El mito de su viaje influyó en otros relatos hagiográficos en toda Europa occidental, como las narrativas de Saint-Malo en Bretaña y San Amaro en España. Además, los intentos de localizar los cayos visitadas por Brandán comenzaron en el siglo XII, pero su ubicación sigue siendo un misterio. Honorio de Autun habló de una isla llamada “Perdida” en el océano Atlántico, a la que se cree que Brandán pudo haber llegado, pero que desaparecía cuando se intentaba encontrar.
En las Islas Canarias, persiste la leyenda de la "isla de San Borondón", que aparece y desaparece. Se ha buscado este islote misterioso durante siglos en el extremo occidental del archipiélago, entre La Palma, La Gomera y El Hierro. La fabula se ha convertido en parte de la cultura canaria, incluso llevando a expediciones de exploración en los siglos XVI, XVII y XVIII para descubrirla. San Brandán el Navegante, ya sea como figura histórica o legendario aventurero, representa un vínculo entre la religión, la exploración y la mitología. Su historia, impregnada de enigmas y maravillas, continúa fascinando a las personas en la actualidad y sigue siendo un recordatorio de la incesante búsqueda del conocimiento y la espiritualidad en tiempos pasados.
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