La relación entre erotismo y magia ha sido una constante en la imaginación occidental, pero la magia roja, vinculada directamente al sexo, es una creación más reciente. En este contexto, destaca Paschal Beverly Randolph como una figura enigmática y controvertida, cuya contribución a la magia roja en la era victoriana ha pasado desapercibida en gran medida.
La aportación más significativa de Randolph al ocultismo victoriano fue su conexión entre magia roja y sexo. Desarrolló técnicas elaboradas que afirmaba podían ayudar a alcanzar objetivos terrenales y espirituales mediante la realización física y espiritual. Estas técnicas influyeron considerablemente en movimientos ocultistas como la Ordo Templi Orientis, a la que pertenecieron figuras destacadas como Aleister Crowley y Gerald Gardner. Incluso organizaciones posteriores como la Orden Tifoniana, vinculada de manera curiosa a Lovecraft, se vieron influenciadas por sus enseñanzas.
A pesar de su significativa influencia, la atención histórica hacia Randolph ha sido sorprendentemente limitada. Apenas hay algunos ensayos sobre su papel en la magia roja victoriana, a pesar de sus conexiones políticas notables, como su amistad con Abraham Lincoln. En una era donde el evolucionismo surgía, Randolph introdujo la teoría del Pre-Adamismo, desafiando la narrativa bíblica y proponiendo que los humanos existieron mucho antes del Adán bíblico, aproximadamente 100.000 años atrás. Esta teoría fue presentada en su libro prohibido "Hombre Adamita" en 1863, bajo el seudónimo Griffin Lee.
Las ideas de Randolph, adelantándose a su tiempo, incluían conceptos como la sexualidad antes de que el término fuera adoptado en 1892. En un contexto victoriano donde el sexo era considerado poderoso pero peligroso, la magia roja se presentó como una vía para desbloquear instintos legítimos y primarios, anteriores a las historias de Adán y Eva. Mientras la sociedad reprimía el sexo, la magia roja buscaba liberarlo de restricciones morales.
Aunque Randolph elevó el sexo al papel de vehículo para fuerzas cósmicas, tanto oscuras como luminosas, también lo dotó de una gran responsabilidad. Consideró el orgasmo como una eucaristía de la magia roja, un momento de conexión con fuerzas cósmicas que podrían conceder poderes inimaginables. Recomendó que esta práctica se llevara a cabo dentro del matrimonio, advirtiendo peligros para quienes se aventuraran fuera de esta institución.
A medida que profundizaba en la exploración del erotismo, Randolph se convirtió en un defensor de los derechos de la mujer, fundando un grupo abolicionista que abogaba por una sociedad igualitaria y libre de discriminación racial. La magia roja, bajo su perspectiva, desmitificaba el sexo, presentándolo como una bendición en lugar de un pecado, desafiando así prejuicios arraigados.
En resumen, el legado de Paschal Beverly Randolph en la magia roja no solo se destaca por sus técnicas ocultistas, sino también por su influencia en movimientos posteriores y su visión progresista sobre el sexo y los derechos de la mujer en una época victoriana conservadora. Su legado, aunque oscurecido en la historia, resurge como un capítulo fascinante y controversial en el desarrollo del ocultismo en el siglo XIX.
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