ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 70 | 29.11.2024

LA IDENTIDAD DE GÉNERO EN EL HORROR (segunda parte)


Arthur Machen, en su magistral novela “El gran dios Pan” de 1894, afirmaba que el miedo nunca puede desligarse de lo humano, especialmente del poder creativo representado por la mujer. Esta idea es explorada ya no en la literatura sino por el cine de terror contemporáneo, que examina las consecuencias del miedo en la conciencia colectiva desde nuevas perspectivas. Un ejemplo icónico es el payaso Pennywise en la novela “It” (1986) de Stephen King. Revelado como una hembra de una especie cósmica e inclasificable, se alinea con la larga tradición literaria de monstruos femeninos insaciables. Para King, este ser, que combina la forma de un payaso y una araña gigante, simboliza lo maligno y el terror que emanan de una percepción única de lo creativo.

Además, es una entidad esencial para el pueblo de Derry, cuya influencia va más allá de las alcantarillas. La adaptación cinematográfica de “It” (primera parte en 2017, segunda parte en 2019) transforma al monstruo en algo más que una amenaza despiadada. Encarna el miedo infantil, tan poderoso como la fe y la ingenuidad, y su impacto se refleja en el personaje de Beverly, quien aporta una fuerte presencia femenina y emocional. La escena donde se convierte en su padre, solo para luego sonreír con lujuria, ilustra esta adaptación. “¿Aún eres mi niña?”, pregunta el rostro deformado, evocando una insinuación hacia una oscuridad depravada en la mente humana.

El cine de terror actual atraviesa una era dorada, alcanzando un nuevo nivel de sofisticación. En “Split” (2016), presenta una narrativa dual sobre supervivencia y trauma, transformando el suspenso en terror con un giro final sorprendente. La trama gira en torno a una víctima femenina que se convierte en el núcleo de la noción sobrenatural. Similarmente, en “The Witch” (2016) y “Hereditary” (2018) el miedo trasciende lo sobrenatural, con personajes femeninos encarnando la violencia perversa. Ambos largometrajes exploran a las mujeres como fuentes de conocimientos ancestrales y aterradores. “Personal Shopper” (2016) logra una atmósfera inquietante y sofisticada. La película reflexiona sobre lo inexplicable y el dolor emocional, transformando el miedo en una aflicción subyacente.

En film donde el ballet es central, como “Suspiria” (2018) la danza se convierte en un vehículo de terror. Utiliza el baile no solo como recurso estético, sino como un monstruo orgánico que conecta la acción con lo sobrenatural. La coreografía refuerza esta visión, transformando el movimiento en una experiencia ritual y erótica. El personaje evoluciona desde la timidez a una sensualidad oscura a través del baile, liberando una energía primitiva y temible. El baile se convierte en una expresión ritual del terror, con una narrativa que combina lo físico y lo espiritual en un recorrido hacia lo desconocido. El largometraje con su enfoque en la danza y el poder ritual, ofrece una perspectiva única y sofisticada del miedo, destacando la belleza sombría y el poder seductor de lo lóbrego.

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El PELADO Investiga
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