Las lenguas interdimensionales han fascinado a los ocultistas y estudiosos de lo esotérico durante siglos, ofreciendo un intrigante medio de comunicación con entidades de otros planos y dimensiones. Mientras algunos sugieren que las matemáticas podrían ser una opción viable, otros exploran idiomas no del todo humanos, como el Enoquiano, la Lengua Adánica, el Transitus Fluvii y la Lingua Diaboli.
Más allá de la precisión técnica, estos idiomas deben ser capaces de transmitir emociones, sueños y sensaciones, incluso cuando la imprecisión forma parte de su estructura. Aquí es donde entra en juego la Cábala occidental, que ha sido utilizada durante siglos como un lenguaje interdimensional debido a sus profundas correspondencias y simbolismo. Aleister Crowley y Dion Fortune son dos figuras destacadas que emplearon la Cábala en sus prácticas ocultistas. Crowley, en particular, la utilizó para validar visiones y verificar la identidad de entidades interdimensionales, a través del estudio cabalístico de nombres y fórmulas mágicas.
Los nombres de deidades, según la tradición esotérica, poseen un poder mágico intrínseco. Restaurar estos nombres perdidos es clave para la invocación y evocación de entidades sobrenaturales. Crowley, por ejemplo, restauró antiguos rituales utilizando esta técnica, como la Invocación Preliminar de Goetia, transformándola en una poderosa herramienta mágica. Es importante comprender que, en el ámbito de lo esotérico, la experiencia subjetiva y objetiva se entrelazan de manera significativa. Los espíritus, ya sean considerados como fenómenos subjetivos u objetivos, pueden influir en la conciencia del individuo, especialmente si no son desterrados correctamente.
El uso de lenguajes interdimensionales, está estrechamente relacionado con la apertura del subconsciente del emisor. Por lo tanto, las comunicaciones de este tipo a menudo se llevaban a cabo en entornos inquietantes, como campos de batalla o lugares saturados de energía negativa. Las prácticas tántricas, por ejemplo, a menudo involucraban evocaciones a deidades terribles en contextos extremadamente perturbadores. Estas condiciones intensificaban la conexión con el plano interdimensional, permitiendo una comunicación más directa con entidades sobrenaturales.
El lenguaje interdimensional ha sido una herramienta poderosa y misteriosa en el arsenal de los practicantes del ocultismo y lo esotérico. Desde la Cábala hasta los idiomas enoquianos y goéticos, estos sistemas de comunicación han abierto puertas a dimensiones más allá de nuestra comprensión, desafiando los límites de la percepción humana y explorando los misterios del universo.
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