ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 69 | 22.11.2024

¿QUÉ ES LA BIBLIOMANCIA?

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El pasar de una página siempre altera, al menos, una historia. Más allá de las mayúsculas, encontramos tanto a los protagonistas de papel como nuestras propias vidas. La palabra impresa ha sido, desde siempre, no solo un medio para narrar tramas y moralejas, sino también un oráculo para aquellos ansiosos por conocer su destino, confiando en que el azar pueda ofrecer respuestas.

Imaginemos una tediosa tarde de domingo. Alguien decide organizar su biblioteca, ordenándola alfabética, cronológica, cromática, tipográfica o geográficamente. De repente, un libro cae al suelo, con un sonido que resuena en su dueño bibliófilo. Abierto y boca abajo, revela una portada severa con un Miguel de Unamuno que mira a través de sus pequeñas gafas. El dueño lo recoge y, al darle la vuelta, se encuentra con una página abierta al azar. Su mirada se posa en un párrafo: “Casi todos los hombres nos aburrimos inconscientemente. El aburrimiento es el fondo de la vida y el aburrimiento es el que ha inventado los juegos, las distracciones, las novelas y el amor”. Lo lee como si el libro fuese un reloj detenido que, dos veces al día, marca la hora correcta. Desde ese momento, accidentalmente, otros libros comienzan a caer, y frases surgen del suelo como brotes de una cosecha mágica.

Esta comunión —entre texto, inquietudes del lector y la casualidad que acierta en el centro de la diana— tiene un nombre, una historia y una metodología. El término proviene del griego biblion, “libro”, y manteia, “adivinación”. Para practicarla no se necesitan instrucciones complejas. Basta con tomar un libro, abrir una página al azar, leerla e interpretarla en relación al problema que se desea consultar.

La historia de esta mancia adivinatoria, nos lleva al Imperio Romano, con figuras míticas como Adriano y Claudio II. Pero fue en la Edad Media cuando esta peculiar forma de adivinación se popularizó. Uno de los libros más utilizados fue la “Eneida”, debido al prestigio de Virgilio. En Occidente, la Biblia ha sido otro libro fundamental para esta práctica, gracias a su simbolismo y carácter sagrado, satisfaciendo las expectativas de los creyentes. Hoy en día, cualquier libro puede ser utilizado en la bibliomancia. A menudo, se eligen libros que son queridos por el interesado o que están relacionados con la cuestión que desea resolver. Esto acota el campo de posibles respuestas y facilita la interpretación temática.

En cuanto a la metodología, hay diversas opiniones sobre la correcta forma el rito. Algunos recomiendan dejar caer el libro y leer la página que queda abierta. Otros sugieren situar el libro al aire libre y dejar que el viento decida la página. Una vez seleccionada, se aconseja leer el primer párrafo, aunque también se puede elegirlo con el dedo índice mientras se mantienen los ojos cerrados. ¿Quién debe ejecutar la ceremonia? Puede hacerlo uno mismo, aunque muchos prefieren confiar en un profesional experimentado, ya que se cree que la menor intervención del interesado aumenta la eficacia de los resultados.

Quién no recuerda aquellos test adolescentes que proponían: "Toma el primer libro que encuentres, ábrelo por la página 41 y lee el tercer párrafo". En redes sociales como Twitter o Facebook, esta práctica se convirtió en un entretenimiento efímero para los amantes de los libros. La bibliomancia es uno de los métodos de adivinación que mejor ha resistido el embate del racionalismo, justamente porque ofrece un material concreto para la interpretación. A diferencia de otras mancias que requieren interpretar vísceras, humo, rastros de café o sombras, esta se vale de un objeto común: un libro.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 43

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