Estimado equipo de La Corporación:
Les escribo para presentar un reclamo respecto a su producto con número de serie 1508-F65, conocido como Máquina de la Felicidad en sus anuncios televisivos, gráficos y digitales. Adjunto el formulario de reclamos y la copia de la garantía para que evalúen el desempeño de este dispositivo.
NOMBRE DE USUARIO: Gilberto Díaz
EDAD: 35 años.
ESTADO CIVIL: Soltero.
FECHA DE ADQUISICIÓN: 06.06.2006
MOTIVO DEL RECLAMO: Error de diseño.
Descripción del reclamo:
Me interesé en su producto después de ver un anuncio en una página web de citas veganas. Aunque no sigo esa filosofía (mi dieta se basa en carne vacuna, preferentemente bien cocida), soy un hombre robusto, con una estructura ósea fuerte y extremidades más largas que el promedio, lo que me permite identificar claramente el error de diseño en la Máquina de la Felicidad.
Tras ver el anuncio, investigué las características del producto. Según su publicidad, la Máquina de la Felicidad no necesita recargarse, tiene una vida útil de aproximadamente diez años y, una vez activada, no requiere mantenimiento ni actualizaciones.
Aquí radica el problema.
Ustedes afirman que la Máquina puede activarse de inmediato. La empresa recomienda hacerlo en presencia de los empleados de transporte para verificar cualquier falla. Sin embargo, ustedes saben bien que la Máquina mide dos metros de alto por tres de ancho y su embalaje dificulta cualquier verificación adecuada en el momento de la entrega. Así que, como imagino hacen muchos consumidores, firmé el consentimiento de entrega sin retirar la Máquina de su caja.
Me llevó exactamente treinta minutos desembalarla. Tengo algunas opiniones sobre esto, pero las reservaré para una carta más detallada. Con mucho esfuerzo, logré instalarla en el comedor, ya que vivo solo y tengo mucho espacio libre. Según el manual de instrucciones, las ondas de baja frecuencia de la Máquina cubren un radio de 12 metros, por lo que el comedor parecía el lugar ideal para garantizar la mejor cobertura en toda la casa, incluidas las dependencias sanitarias que frecuento debido a dolencias renales que no vienen al caso.
Emocionado por el enorme potencial del aparato (según la publicidad: ¡FELICIDAD SIN LÍMITES LAS 24 HORAS DEL DÍA!), me dispuse a encenderlo. ¿El resultado? Nada. Absolutamente nada. Ni una luz, ni un parpadeo en el tablero de control.
Volví a consultar el manual y me di cuenta, demasiado tarde, de la estafa en la que había caído.
La Máquina tiene un solo botón de encendido primario en el panel lateral izquierdo, que solo activa los circuitos eléctricos. Para iniciar el software, es necesario accionar un interruptor ubicado en el otro extremo del aparato al mismo tiempo que se presiona el interruptor primario. Un error de diseño tan grande anula cualquier presunción de inocencia.
Entenderán la audacia de mi siguiente afirmación, pero sin temor a represalias judiciales, me atrevo a decir que su dispositivo es una estafa: un botón y una palanca que deben accionarse simultáneamente, pero situados a tres metros de distancia entre sí, solo puede significar que la Máquina de la Felicidad fue diseñada específicamente para ser encendida por dos personas.
Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 46
