
El estribillo de la canción, con frases como “Caen los templos, se apagan los cielos...
Pero yo siempre sigo aquí”, utiliza metáforas poderosas para ilustrar la magnitud de la pérdida. Los templos y los cielos representan estructuras y elementos que parecían eternos e inquebrantables, pero que ahora han caído y se han apagado. A pesar de esta devastación, la narradora se mantiene firme, “yo siempre sigo aquí”, lo que denota una resiliencia frente a la adversidad. Sin embargo, esta resiliencia está teñida de tristeza y resignación, ya que la fuerza que antes recibían de aquellos que se han ido ahora se ha convertido en una fuente de debilidad.
La repetición de “Vivimos con las puertas entreabiertas”, simboliza la incertidumbre y la vulnerabilidad. Las puertas entreabiertas sugieren una falta de cierre, una apertura constante a la posibilidad de que algo o alguien regrese, pero también a la intrusión de la inseguridad y el dolor. La canción concluye con una reflexión sobre la pérdida de certezas en un mundo que ha perdido su rumbo, subrayando la sensación de desorientación y la búsqueda de sentido en medio del caos. Angélida, con su estilo lírico y emotivo, logra capturar la esencia de la nostalgia y la lucha interna que acompaña a la pérdida, ofreciendo una pieza musical que resuena profundamente con aquellos que han experimentado la ausencia de algo o alguien fundamental en sus vidas.
Tema musical incluido en el #expediente 67, del 08.11.2024
Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 67