ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 67 | 08.11.2024

EL MONSTRUO MAGNÉTICO (The Magnetic Monster)

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Imaginemos una época en la que el mundo apenas comenzaba a comprender el poder del átomo, un tiempo en el que los científicos no eran simplemente eruditos, sino exploradores de lo desconocido. En el año 1953, un largometraje nos trajo un dilema aterrador: un elemento radiactivo que crece sin control, amenazando la vida en la Tierra. ¿Cómo enfrentarse a un monstruo invisible y poderoso? Así con esta premisa científica impactante, El PELADO Investiga, les presento, “El Monstruo Magnético”


LA TRAMA DE LA PELÍCULA
La historia comienza cuando los protagonistas, miembros de la “Oficina de Investigación Científica”, la OIC, son llamados a investigar un extraño fenómeno en una tienda de electrodomésticos: los metales se magnetizan sin razón aparente. Pronto se encuentran con un laboratorio abandonado y la escalofriante radiación de un nuevo elemento. Esta es la premisa de la película, donde los protagonistas, lejos de ser los tradicionales héroes de acción, son científicos que deben desentrañar un misterio que crece... literalmente.

ANÁLISIS PSICOLÓGICO Y CONTEXTO DE LA ÉPOCA
En los años 50, la sociedad estaba apenas digiriendo las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y el poder destructivo de las bombas atómicas. La película refleja esta ansiedad colectiva: el temor a lo desconocido, al poder nuclear y sus efectos incontrolables. Aquí, el “monstruo” no es una criatura de pesadilla o un villano clásico. Es la misma ciencia desatada, un elemento radiactivo que crece imparable, alimentándose de la energía que consume. La metáfora es clara: el progreso científico, sin responsabilidad, podría llevar a consecuencias catastróficas.

CONFLICTOS INTERNOS DE LOS PROTAGONISTAS
La OIC, la organización científica gubernamental, se presenta como un grupo de hombres, conocidos informalmente como los “A-MEN”. Estos científicos son los nuevos héroes de la era atómica, armados no con armas, sino con instrumentos de precisión y cálculos. No obstante, enfrentan un dilema moral: ¿Deberían continuar explorando y manipulando un poder que apenas comprenden? Los científicos protagonistas representan este conflicto: son los encargados de resolver un problema que pone en riesgo la existencia humana, y su dedicación refleja un conflicto interno entre su deber científico y el temor de lo que podrían desencadenar.

LA NATURALEZA CIENTÍFICA DE LA PELÍCULA
Una de las características más fascinantes de “El Monstruo Magnético” es su intento de basarse en la metodología científica real. Desde el uso de un espectrómetro de masas hasta la computadora "Maniac", el filme intenta sumergir al espectador en el proceso científico. Pero aquí surge un problema: aunque la aproximación es seria y rigurosa, la narrativa se vuelve lenta y tediosa. En muchos momentos, la película parece un documental universitario más que una obra de ficción. Esto refleja una dualidad: por un lado, aporta autenticidad; por otro, pierde fuerza narrativa y dinamismo.

LO QUE FUNCIONÓ Y LO QUE NO
Lo mejor de “El Monstruo Magnético” es su ambición: se trata de una de las primeras películas de ciencia ficción que intenta, honestamente, plasmar la ciencia como es, sin personajes exagerados o villanos evidentes. Sin embargo, esta misma precisión científica es también su talón de Aquiles.

Las escenas más emocionantes son las que tienen lugar en el acelerador "Deltraton", donde los A-MEN van para sobrecargar y destruir el isótopo; la mayoría de ellas son imágenes de archivo extraídas de la película de ciencia ficción alemana “Gold” del año 1934.

Hay algo maravillosamente emocionante en las imágenes de hombres corriendo entre los enormes generadores de arco con rayos cayendo sobre el suelo del reactor y la carrera para cerrar las enormes puertas de protección cuando el sistema se sobrecarga. Recuerda mucho, con alguna excepción, el viaje a las entrañas de la "planta Krell" en “Planeta prohibido” del año 1956, esta es una de las películas de ciencia ficción a escala más impresionantes de la década de 1950.

“El Monstruo Magnético” fue la primera de una trilogía de películas: “Jinetes hacia las estrellas”, del año 1954 y “Gog” también de ese mismo año, que se desarrollan en torno a la ficticia “Oficina de Investigación Científica”, la (OIC), (la misma organización para la que aparentemente trabajaba Steve Austin en “El hombre de los seis millones de dólares”, una agencia gubernamental claramente modelada en base al FBI, pero encargada de investigar asuntos científicos). La OIC apareció en las tres películas y, aunque Richard Carlson apareció en las dos primeras y dirigió la segunda, no hay personajes que perduren.

Muchas escenas están cargadas de datos técnicos y largos monólogos, que hacen que el ritmo de la película se vuelva lento y agotador. Hay por exceso material de relleno habitual en el género en los 50 y los 60 – es usado en exceso y cubre aproximadamente un 80% del filme; en el medio hay unas larguísimas explicaciones técnicas que terminan por sumir en coma al espectador más voluntarioso.

¿QUÉ MENSAJE NOS DEJA?
En definitiva, “El Monstruo Magnético” es una obra que refleja una época llena de inquietud y fascinación por la energía atómica, mostrándonos a los científicos como héroes trágicos en una lucha contra el propio poder que han desatado. Aunque a veces pesada, esta película nos recuerda una lección aún vigente: el poder de la ciencia es tan grande como el respeto que le tengamos. A medida que exploramos nuevas fronteras, quizás también nos hace pensar en la necesidad de no olvidar las consecuencias de nuestros descubrimientos. En síntesis, entender y controlar el poder es fundamental para que no se convierta en un monstruo. ¿Pero acaso siempre tenemos control sobre lo que descubrimos?

Mi Clasificación para “El Monstruo Magnético” es un: 7, PELADO Investiga

“El Monstruo Magnético” se estrenó cuatro meses antes de la influyente “El monstruo de tiempos remotos” del año 1953, que creó el género de películas de monstruos atómicos de los años cincuenta. Las dos películas presentan un contraste fascinante: la primera, creó una alegoría de la bomba atómica y la lluvia radiactiva con su dinosaurio revivido; la segunda y que estamos analizando, “El Monstruo Magnético” fue en la dirección opuesta y creó la película de monstruos atómicos más singular de todas, una en la que la radiación era un monstruo literal.

Ficha Técnica
Año: 1953
Título: The Magnetic Monster
Duración: 76 minutos
País: Estados Unidos Estados Unidos
Dirección: Curt Siodmak, Herbert L. Strock









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