Dago es una historieta creada por Robin Wood (guionista) y Alberto Salinas (dibujante), publicada en Argentina entre 1981 y 1996 por Editorial Columba.
La vida de un joven veneciano llamado César Renzi, quien más tarde será conocido como Dago, cambia de manera abrupta y dramática. Todo comienza cuando su familia es brutalmente asesinada, y él, al borde de la muerte, es rescatado del mar por turcos que lo convierten en esclavo. Rebautizado con el nombre de Dago por sus nuevos dueños, emprende una odisea marcada por la sed de venganza contra los responsables de su tragedia: Bertini, Barazutti, Ahmed Bey y Kalandrakis. Durante este largo camino, el joven pierde su inocencia y desentraña las miserias ocultas tras las grandes palabras. Descubre los pactos secretos entre los monarcas cristianos y los sultanes turcos, las riquezas que se forjan mediante traiciones y asesinatos, y la sofisticada cultura de los árabes, a quienes antes despreciaba sin comprender su profundo conocimiento y sabiduría.
Alberto Salinas, con su habilidad para plasmar los detalles más minuciosos de una época compleja, complementa magistralmente esta narración. Desde las humildes celdas donde los esclavos cristianos sucumben a la desesperación hasta los lujosos palacios de Inglaterra, España y Francia, donde se decide el destino del mundo, cada elemento está cuidadosamente retratado. La historia ilustra cómo, al igual que el protagonista, los reyes y sultanes de la época son también esclavos de las circunstancias. Para sobrevivir, deben navegar entre conspiraciones y alianzas efímeras, donde los sentimientos humanos ceden ante las necesidades políticas.
En palabras del protagonista: “En toda Europa se escucha el retumbar del ariete turco. Y la cristiandad se encoge en rincones oscuros, temiendo que ese ariete derribe las murallas austríacas. Si eso sucediera, toda Europa estaría abierta a los otomanos. Pero, ¿dónde están los reyes cristianos que deberían proteger Europa? Están ocupados conspirando y traicionándose mutuamente, olvidando todo salvo sus mezquinas ambiciones”.
Dago refleja una era de intensas pasiones y contrastes extremos. En este mundo conviven campesinos que afrontan la pobreza con dignidad, junto a señores adinerados que no vacilan en mutilar a sus esclavos por desobedecerlos. Comerciantes abandonan su religión por un momento de placer y mujeres despiadadas gobiernan imperios desde los confines de un harén. Banqueros influyentes trazan el rumbo político de Europa mientras soldados mutilados piden limosna tras luchar en guerras contra los “infieles”.
Robin Wood, creador del personaje, utiliza a Dago como un puente para mostrar esta compleja realidad. Su protagonista cruza todos los estratos sociales y experimenta las facetas más extremas de la humanidad. “Me llamo Dago. Pasé años de esclavitud con los turcos. Conocí miserias y horrores. Fui degradado, aplastado y enloquecido. Morí y resucité mil veces. He sido noble, esclavo, renegado y prisionero. He visto la miseria junto a la opulencia y cadáveres apilados en nombre de la gloria. No creo en la gloria. Es un disfraz que cubre la barbarie”, declara.
Dago es una figura que evoluciona continuamente, como un Conde de Montecristo moderno. Desde su arrogancia inicial, atraviesa un oscuro viaje lleno de odio, hasta renacer como alguien que lucha por sus ideales de justicia, sin perder la ironía ni sucumbir ante el poder. En sus palabras: “No creo en nada ni en nadie, pero respeto el valor y el amor. Hoy podemos estar orgullosos de nosotros mismos”.
Sin embargo, los horrores que enfrenta también lo llevan a perder la fe en la humanidad. “Queríamos vivir nuestra aventura, reconquistar un reino para una princesa. Pero la envidia y la mezquindad han transformado nuestro sueño en tristeza. No sé si fracasamos, pero así se siente. Tanta lucha y muerte para esto no valió la pena”.
Según Robin Wood, Dago nació de su fascinación por Venecia, una ciudad de misterios y conspiraciones. “Escuchando el rumor de las olas y viendo las góndolas balancearse, me imaginé un mundo lleno de complots y asesinos. Ahí nació Dago. Me interesó su evolución: cómo pasa de joven arrogante a ser un individuo consumido por el odio, hasta volver a convertirse en un ser humano. Es un contraste fascinante”, relató el autor.
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