
Las Secciones de Asalto, conocidas como SA, desempeñaron un papel crucial en el ascenso de Adolf Hitler al poder en Alemania. Fundadas en 1921 como secciones deportivas del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), estas unidades paramilitares fueron fundamentales en la consolidación del régimen nazi.
Las SA realizaban diversas actividades: distribuían folletos y octavillas, colocaban carteles, vendían la prensa del partido, recaudaban fondos y afiliaban a simpatizantes. Desfilaban por las calles al ritmo de bandas de música militar y asistían a sus camaradas necesitados en comedores sociales o con alojamiento. Sin embargo, también eran conocidas por su extrema violencia: atacaban a judíos, interrumpían actos de partidos rivales, especialmente comunistas, y proporcionaban seguridad en sus propios eventos políticos.
En una Alemania devastada por el desempleo, las SA atrajeron a millones de hombres sin rumbo. A pesar de ello, sus miembros costeaban de su bolsillo el uniforme. Curiosamente, una parte significativa de sus integrantes tenía un pasado comunista, lo que llevó a la expresión de que las SA eran como un filete: "pardo por fuera y rojo por dentro", en referencia al color de sus uniformes y su historial político. Lo que los unía era su fascinación por la violencia, resumida en su consigna favorita: "nos pegamos a lo grande".
Tras la toma del poder por Hitler, las SA anhelaron una "Segunda Revolución". Su líder, Ernst Röhm, buscaba que el ejército del Reich se integrara dentro de las SA. Esta ambición alarmó a figuras como Heinrich Himmler y Reinhard Heydrich, quienes presentaron a Hitler un informe falso acusando a Röhm de planear un golpe en su contra. El 30 de junio de 1934, en la llamada "Noche de los Cuchillos Largos", Röhm fue arrestado en el Hotel Hanselbauer y posteriormente asesinado en la prisión de Stadelheim por miembros del SD, el servicio de inteligencia de las SS.
Después de estos eventos, las SA continuaron existiendo, pero sin apenas relevancia; la mayoría de sus miembros pasó a las SS. Irónicamente, el propio Himmler defendió la idea de reemplazar a la Wehrmacht por las SS una vez finalizada la guerra.
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El PELADO Investiga
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