ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 98 | 04.07.2025

FREE FALLIN

Esta icónica canción nació como la pista que abre el álbum “Full Moon Fever”, el debut en solitario de Tom Petty publicado el 24 de abril de 1989. Bajo la producción compartida con Jeff Lynne, la pieza musical emergió como un himno inesperado: suave, casi perezoso, pero cargado de una melancolía luminosa que convertiría a Petty en cronista universal de los sueños rotos de la costa oeste.

Petty confesó años después que la letra estaba inspirada en su rutina de manejar por Ventura Boulevard: desde Reseda, con la autopista incrustada en los patios traseros, hasta la serpenteante Mulholland Drive. Aquellas postales suburbanas —vampiros nocturnos, chicos malos en penumbras, chicas buenas con el corazón astillado— se mezclaron con la ironía de sentirse un “chico malo” incapaz de añorar a quien lastimó.

El estribillo nació en apenas dos días junto a Lynne: bastaron tres acordes y la frase “Free fallin’” para que supieran que tenían oro. Mientras pulían la toma, Petty grabó una docena de cuerdas acústicas y Lynne añadió un bajo que late con calma, como si el tema estuviera destinado a flotar sobre las vallas blancas de Los Ángeles.

Cuando el sencillo apareció en octubre de 1989 llegó al séptimo puesto del Billboard Hot 100 y al número uno en Mainstream Rock, la estancia más larga de Petty en las listas. Sonó en la gira, brilló en los MTV Video Music Awards de ese año y volvió a encender al público masivo durante el descanso de la Super Bowl en 2008.

Tras la muerte de Petty el 2 de octubre de 2017, “Free Fallin’” subió al segundo lugar de la lista viral global de Spotify. Esa misma noche, seguidores se reunieron en Ventura Boulevard para la Vampire Walk: caminaron al atardecer, muchos disfrazados, cantando la pieza como un conjuro de duelo y gratitud.

Lo que fascina no es solo la postal urbana, sino la paradoja emocional: el narrador se declara libre, pero esa libertad se siente como caer sin red. La guitarra abierta en re mayor ilumina el paisaje; el eco del estribillo es un grito suave, como quien sonríe mientras se precipita. Por eso, cada vez que llega el coro, el oyente regresa al adolescente que sueña con escapar.

Treinta y cinco años después de su lanzamiento, “Free Fallin’” sigue resonando en cafeterías y talleres mecánicos. Demuestra que el rock puede ser simple y, aun así, contener todo el vértigo de la vida suburbana, el peso de la culpa y el consuelo de cantar mientras se cae.

Tema musical incluido en el #expediente 98, del 04.07.2025

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 98

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