ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 72 | 20.12.2024

¿POR QUÉ FUNCIONA EL CINE DE TERROR?

Si hay un género cinematográfico trillado por experiencia es el de las películas de posesiones demoníacas. Todas son prácticamente iguales, todas consisten en lo mismo, todas acaban igual… Pero, ¿Por qué todo el mundo continúa viéndolas? Creo que, al menos en este caso, la respuesta está bastante clara: la gente sigue viéndolas porque funcionan, y funcionan porque hacen referencia a un miedo que la religión, a través de la sociedad, ha introducido en nosotros.

El terror implica principalmente cuestiones relacionadas con Dios, su antagonista Lucifer, el alma, la posesión, todos temas relacionados con el cristianismo y de la religión católica. Tenemos un miedo atroz al mal, al demonio, y a todo lo que consideramos opuesto a Dios, porque así se nos ha educado y me atrevo a decir: programados.

El cine de terror funciona como una amenaza y una catarsis al confrontarnos con nuestro miedo a la muerte, lo sobrenatural, lo desconocido y lo irracional, “el otro” en general, una pérdida de identidad y fuerzas más allá de nuestro control. Otra perspectiva, más común en los últimos años, es invertida, la de cómo Dios es malvado; los aspectos de retribución desproporcionada de fuego y azufre del dios del Antiguo Testamento se basan en representarlo como la gran fuerza malévola.

El terror religioso ha probado ser uno de los más efectivos dentro del género, capaz de ponerle los pelos de punta al ateo mejor plantado. El Bien y el Mal, la tentación, la caída, el pecado, la sangre, la corrupción, la carne, la condenación y una liturgia que puede ser verdaderamente inquietante.

No es recomendable este tipo de películas que las vea una persona que tiene dudas sobre su fe, en que cree y de que manera cree. La mayoría muestra una realidad distorsionada del mal, se basan en textos, sacados de contexto de la Sagrada Escritura reinterpretándolos para que cuadre con el guión del film. Scott Derrickson, director de “El exorcismo de Emily Rose” y “Líbranos del Mal”, es uno de los directores de cine de terror más conocidos de los últimos tiempos, que se proclama como cristiano practicante.

Para él, hay algo positivo en este género: “…el hecho de recordar la existencia del mal y el demonio”. Continúa más adelante diciendo: “…yo espero que el espectador aprenda que, sin importar la dureza de la batalla, siempre hay que confiar en que Dios ganara al final”.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 6

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