ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 59 | 13.09.2024

YA ESTA DISPONIBLE EN ESTAS PLATAFORMAS DE PODCAST | BÚSCALO CÓMO "EL PELADO INVESTIGA"

YA ESTA DISPONIBLE EN ESTAS PLATAFORMAS DE PODCAST | BÚSCALO CÓMO "EL PELADO INVESTIGA"

LOS RINCONES ESOTÉRICOS DE LA LITERATURA ARGENTINA, PARTE 2

0
La literatura esotérica en Argentina no solo posee un valor intrínseco desde una perspectiva literaria, sino que también refleja de manera precisa los cambios sociológicos de la época en que estos textos fueron difundidos. En un contexto de inestabilidad económica y social en el país, surgieron condiciones propicias para la proliferación de creencias religiosas alternativas y prácticas esotéricas extravagantes. En momentos de desesperación e incertidumbre, las personas tienden a buscar soluciones extraordinarias que trasciendan lo convencional. Sin embargo, el culto a lo esotérico se encontró con límites legales, como la persecución de las medicinas alternativas y la adivinación, especialmente en las primeras décadas del siglo XX.

Uno de los autores que merece una mayor atención crítica es Atilio Chiáppori, cuya obra, aunque escasa, destaca por su calidad literaria. A pesar de que sus contribuciones parecen pasar desapercibidas en las monografías, su libro "Borderland" (1907) se adentra en conceptos teosóficos y ocultistas de principios del siglo XX, elementos que también se encuentran presentes en su obra "La degollación de los inocentes". Asimismo, Ricardo Rojas, un autor argentino que exploró influencias similares, se sumergió en la temática esotérica a través de sus cuentos largos "La psiquina" (1917) y "El ucumar" (1918), anticipando así el imaginario que más tarde sería popularizado por Lovecraft y explorando visiones místico-horrorosas.

La década de 1920 marcó el comienzo de autores que posteriormente ganarían fama y prestigio en el panorama literario. Víctor Juan Guillot publicó "Cuentos sin importancia" (1921) y "El alma en el pozo" (1925), obras que lo llevaron a colaborar en la revista "Multicolor" de los sábados del diario "Crítica", dirigida por Jorge Luis Borges y Ulyses Petit de Murat. Guillot también publicó "Terror. Cuentos rojos y negros" (1936) antes de decidir quitarse la vida, incluyendo en esta colección la destacada "El alma en el pozo". Del mismo modo, Santiago Dabove, al igual que Guillot, escribieron cuentos con temática esotérica y fantástica.

Estos cuentos fueron posteriormente recopilados en 1961 bajo el título "La muerte y su traje", con un prólogo escrito por el propio Borges. Por otra parte, Helvio Botana, hijo del fundador del diario "Crítica", publicó "Cuentos con ángeles y demonios" en 1947, en el cual se incluyen algunas piezas destacadas que exploran temas como la vida después de la muerte y los castigos en el más allá.

En 1920, un joven Roberto Arlt escribió el ensayo "Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires", donde criticó la creciente fascinación de la población con estas disciplinas esotéricas. Este esfuerzo temprano por abordar estos temas tal vez influyó en su obra posterior, donde el esoterismo se convirtió en un elemento recurrente que impregnó muchos de sus cuentos y personajes memorables.

Durante las décadas de 1920, 1930 y 1940, la literatura folklórica y rural cobró relevancia, y muchas tradiciones esotéricas e indígenas sirvieron como base para las historias literarias. Autores como Benito Lynch, Juan Draghi Lucero, Antonio Tarnassi, Sara Poggi, Miguel Marseglia, Julio Aramburu, Luis María Albamonte, Ricardo Rojas, Pilar de Lussarreta, Alberto Gerchunoff y Juan Arribau González se destacaron en esta época.

En 1930, Carlos Alberto Leumann escribió "Trasmundo: novela de otra vida", explorando el amor entre un hombre vivo y una mujer muerta en el plano astral de los sueños y el trance. Por su parte, Leopoldo Marechal, en su obra "Adán Buenosayres" (1948), creó un ladrillo literario con ambiciones épicas y un enfoque esotérico que exploró la mística y el descenso a un mundo subterráneo lleno de elementos simbólicos.

Finalmente, Jorge Luis Borges, con "Ficciones" (1944) y "El Aleph" (1949), transformó el panorama de la literatura fantástica a nivel mundial, incorporando elementos esotéricos en sus cuentos. Profundizó en aspectos eruditos del ocultismo, utilizando fuentes antiguas y textos apócrifos en sus historias, como en su famoso cuento "Las ruinas circulares". A pesar de su desilusión inicial con las ciencias ocultas, Borges exploró de manera continua el esoterismo en sus obras, dejando una huella indeleble en la literatura universal.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 10

Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios