Los Tulpas, por lo general, siguen el tono emocional de su origen. Los budistas tibetanos los consideran manifestaciones de la meditación profunda, mientras que los místicos tibetanos los crean como actos imaginativos o pruebas de voluntad. Pueden asumir diversas formas, desde objetos hasta seres aterradores, dependiendo de la intención del creador.
La relación entre Tulpas y la filosofía budista lleva a reflexiones sobre la naturaleza ilusoria del universo. La teosofía sugiere que existe una explicación sobre fenómenos paranormales como “vampiros y hombres lobo” en el plano astral. También se plantea la idea de que el universo entero podría ser un Tulpa creado por el pensamiento divino.
El proceso de creación de Tulpas implica la proyección de pensamientos positivos a través de la meditación. Es esencial aislarse del imaginario colectivo y permitir que la mente divague antes de visualizar la forma del pensamiento deseada. La repetición diaria fortalece al Tulpa, aunque su vida es efímera. La interacción con estos entes ocurre cuando el creador siente su presencia y se manifiesta como la sensación de ser observado.
“El libro de los Tulpas” sugiere que la creación de estos seres puede tener riesgos. Tener pensamientos negativos puede llevar a consecuencias no deseadas, ya que estas entidades pueden volverse contra sus creadores. Además, se menciona que el libro contiene información sobre la creación de Tulpas encapsulados en lugares específicos, como espíritus de la naturaleza o fenómenos poltergeist.
La historia del “Libro de los Tulpas”, explora la relación entre pensamiento, creación y el mundo astral. La creación consciente de Tulpas ofrece una perspectiva fascinante sobre la interconexión entre mente y realidad en la cosmovisión esotérica.
Recopilación
El PELADO Investiga
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