En el vasto y fascinante mosaico cultural de Japón, los gatos no solo son animales cotidianos, sino protagonistas que han tejido su presencia a lo largo de épocas pasadas, el vibrante presente y un futuro lleno de esperanza. Estos felinos, que desafían la leyenda de las siete vidas, han dejado su huella en las 47 prefecturas de la nación insular, llegando incluso a habitar islas donde su número supera al de los propios habitantes. Desde los grabados Ukiyo-e que inmortalizan gatos en el arte ancestral hasta las icónicas figuras contemporáneas como "Hello Kitty" y "Doraemon", cada siglo y generación en Japón se ha reflejado en la figura de estos misteriosos animales.
La presencia gatuna se extiende más allá de las páginas de cuentos y cómics populares como "¿What's Michael?” y “Un hombre y su gato”, llegando también a la pantalla grande con películas como “Mi vecino Totoro”. Incluso destinos turísticos notables, como el famoso santuario de gatos Nyan Nyan Ji en Kyoto y el templo Gotokuji en Tokio, celebran la conexión especial entre Japón y sus adorados felinos. Sin embargo, entre todos estos representantes, uno ha trascendido fronteras: el Maneki-Neko, también conocido como el "gato de la suerte".
Maneki-Neko, en japonés significa literalmente "gato que invita a pasar", se ha convertido en una figura de buena fortuna arraigada en la cultura japonesa. Contrario a la creencia común de que el gato está saludando, su gesto de levantar la pata es, en realidad, una invitación amistosa.
El Maneki-Neko tradicionalmente se fabricaba en cerámica o porcelana, pero en la actualidad, existe una variada gama de versiones, desde plástico hasta peluche, con diferentes formas y colores, incluso versiones de Hello Kitty. Este gato se ha ganado su reputación como portador de buena suerte, colocándose comúnmente en las entradas de restaurantes y comercios japoneses.
Numerosas leyendas han surgido en torno al origen del Maneki-Neko, cada una añadiendo su toque único a la narrativa. Una de ellas cuenta la historia de un pequeño comerciante que acoge a un gato callejero en su tienda, resultando en un aumento de la clientela en el establecimiento.
Otro mito del siglo XVII involucra a un señor feudal refugiándose de una tormenta bajo un árbol cerca del templo Gotokuji. Una gata tricolor lo invita al reciento sagrado salvándolo de un rayo. En gratitud, le ayuda a reconstruir el templo, dando origen al símbolo del Maneki-Neko. Otra fabula curiosa relata la conexión entre una cortesana llamada Usugumo y su gato, que después de un incidente macabro, llevó a la creación de esta figura mítica.
Cada Maneki-Neko es único, y sus atributos específicos transmiten distintos significados. La posición de la pata, el color, el collar y la presencia de una moneda influyen en la interpretación de la figura. Levantar la pata derecha simboliza prosperidad y dinero, la izquierda atrae clientes, ambas, protege el hogar o establecimiento.
Los colores también desempeñan un papel esencial en el significado del Maneki-Neko. Originalmente tricolor, con blanco, negro y naranja, representando suerte y prosperidad, con el tiempo fueron surgieron nuevos colores. El Azul cumple los sueños profesionales, verde la suerte en los estudios, blanco atrae cosas buenas, rojo protege contra enfermedades, el negro aleja malos espíritus y el rosa simboliza el amor.
El collar con un cascabel no solo indica que el gato era cercano y domesticado, sino que también sirve para ahuyentar entidades malignas. Algunos llevan una moneda llamada koban. El Maneki-Neko, con sus diversas leyendas y significados, se erige como un tesoro cultural japonés que ha conquistado el corazón del mundo. Más que una simple figura decorativa, encarna la esperanza y la prosperidad, recordándonos que la conexión entre humanos y estos felinos va más allá de lo tangible, irradiando positividad y buena fortuna. Nos invita a explorar la riqueza de la cultura japonesa y a celebrar el Maneki-Neko en su día oficial, el 29 de septiembre.
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