En el vasto campo de la biomedicina, una parte del cuerpo aparentemente sin función, como el ombligo, ha despertado la curiosidad de científicos y expertos. Este pequeño rincón, que en la infancia marcaba el lugar donde el cordón umbilical conectaba al feto con la placenta materna, se convierte en un escenario fascinante cuando examinamos el Proyecto BIOMA.
La creencia común sobre el ombligo es que, una vez cortado el cordón umbilical al nacer, esta cicatriz carece de propósito o función biomédica. Sin embargo, la inteligencia humana ha encontrado una aplicación médica sorprendente en esta región, específicamente en la técnica de laparoscopia. Este procedimiento médico permite la observación de la cavidad pélvica abdominal mediante una pequeña incisión, a menudo realizada en el ombligo, utilizando una lente óptica.
Lo que inicialmente podría considerarse simplemente como un recordatorio anatómico toma un giro intrigante cuando nos sumergimos en las investigaciones del llamado "Bioma del Ombligo". Numerosos estudios realizados en los últimos años revelan que la cicatriz abdominal es mucho más que un simple vestigio; es un hábitat próspero de bacterias, hongos y levaduras.
El Belly Button Diversity Project (BBDP), llevado a cabo por un equipo de la Universidad Estatal de Carolina del Norte desde 2010, ha identificado una sorprendente diversidad de especies en el ombligo. A través de muestras de sesenta ombligos, han descubierto más de dos mil especies diferentes de bacterias, incluyendo más de mil cuatrocientas desconocidas hasta el momento. Estos microbios exhiben una variación notable entre individuos, independientemente de factores como género, etnia o hábitos de higiene.
Los resultados de otros estudios, como los dirigidos por el equipo de Robert Dunn de la misma universidad, han confirmado la presencia de bacterias, hongos y levaduras en el ombligo. Además, están en proceso de secuenciación del ADN de cada especie, lo que podría arrojar luz sobre la variabilidad genética y funcional de estos microorganismos.
El ombligo, en términos bacterianos, actúa como un mecanismo de defensa contra patógenos, al igual que otros microorganismos en la superficie corporal. Este "ejército" de defensores, aunque presente en todo el cuerpo, encuentra su singularidad en el ombligo. La resistencia de estos microorganismos a ciertos limpiadores químicos y otros productos facilita su estudio y comprensión.
Aunque la higiene es esencial, estos estudios sugieren que la eliminación completa de la carga microbiana del cuerpo podría tener consecuencias perjudiciales para la salud. En este sentido, el ombligo emerge como un área digna de atención y estudio, no solo por su intrigante bioma, sino también por la curiosidad adicional relacionada con la pelusa del ombligo.
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El PELADO Investiga
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