El renombrado pintor renacentista, creador de la invaluable Mona Lisa, no necesita presentación. Pocos conocen el enigma que esconde esta célebre pintura. Da Vinci, un polímata extraordinario que abarcó desde la pintura hasta la ingeniería, dejó tras de sí un legado de obras que muchos creen contienen mensajes ocultos. Entre teorías sobre códigos y predicciones, hay un secreto confirmado en la Mona Lisa que se destaca especialmente. La Gioconda, es una de sus obras más famosas. Adquirida por el rey Francisco I de Francia a comienzos del siglo XVI, la pintura ha sido propiedad del estado francés desde entonces y actualmente se encuentra en el Museo del Louvre. Se cree que la protagonista del cuadro es Lisa Gherardini, esposa de Francesco di Bartolomeo del Giocondo. Rodeada de misterios, fue robada en 1911 y copiada infinidad de veces, convirtiéndose en la obra más reconocible del mundo.
El Comité Nacional para el Patrimonio Cultural francés analizó minuciosamente la pintura, descubriendo una serie de letras y números cerca de los iris de ambos ojos de la mujer. No obstante, lo más intrigante fue el hallazgo de una figura humanoide, apodada “el sacerdote de origen extraterrestre”, oculto en la pintura. ¿Por qué escondería Leonardo da Vinci la imagen de una criatura extraterrestre en la Mona Lisa? Desde su finalización en 1506, ni los más grandes expertos han podido desentrañar completamente sus secretos. Esta pregunta ha dado pie a múltiples teorías de conspiración.
Otro caso parecido es el “San Juan Bautista”, otro de los últimos cuadros del pintor, también ha generado controversia. Algunos creen que su enigmática sonrisa y la mano apuntando hacia arriba sugieren la presencia de una figura alienígena. Investigaciones indican que, al reflejar la pintura en un espejo, aparece una cara extraterrestre entre ambas imágenes. Curiosamente, los dedos del santo parecen señalar directamente hacia esta figura, sugiriendo una conexión con “Dios”.
Estas teorías, aunque fascinantes, pueden distraer del verdadero valor de las obras de Da Vinci. La Mona Lisa, con su enigmática sonrisa y su técnica pictórica, no necesita mensajes ocultos para ser extraordinaria. Las letras y números invisibles a simple vista, pero detectables con una lupa, han alimentado especulaciones. Las letras L y V en el ojo izquierdo podrían ser la firma de Da Vinci, mientras que en el ojo derecho se observan letras y números que han disparado innumerables teorías conspirativas. Estas conjeturas, aunque intrigantes, no deben desviar la atención de lo realmente extraordinario. La Mona Lisa no necesita de teorías extravagantes para ser una obra de arte inigualable.
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