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EL EXORCISMO DE GEORGETOWN

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Anthony Miller
, es un actor abrumado por demonios internos y externos, un alcohólico y adicto a las drogas en recuperación, que ha visto cómo su promisoria carrera se ha derrumbado. Intenta arreglar la relación que mantiene con su hija adolescente tras la muerte de su esposa. Es contratado para interpretar el rol de un sacerdote en un remake de “El exorcista”, dirigida por un intenso y odioso cineasta. El papel quedo vacante, pero, no es que el actor anterior se bajó del proyecto por desacuerdos con el guion, sino que murió en el mismísimo set de un filme de terror…


Este largometraje, originalmente fue filmada en el 2019 y la producción recién concluyó a principios de este año luego de una serie de regrabaciones en el 2023, las cuales no pudieron llevarse a cabo antes debido a la pandemia. Existe una confusión común respecto a la relación entre dos películas protagonizadas por el mismo actor. "El Exorcista del Papa" (2023), en la que interpreta al padre Gabriel Amorth, exorcista del Vaticano, no tiene conexión con "El exorcismo de Georgetown". A pesar de que algunos podrían confundirla con una secuela debido a las comparaciones inevitables, es una película completamente distinta y debe ser evaluada por sus propios méritos.

El director de este largometraje, Joshua John Miller, es el hijo de Jason Miller, que interpretó al padre Damien Karras en la icónica película de 1973 “El exorcista”, lo cual, por supuesto, hace que la premisa de este nuevo film se sienta como una suerte de comentario sobre el legado del cineasta encargado de traerla a la pantalla grande. Su título provisional fue “The Georgetown Project” (título que también se usó en Francia), y en España se tituló “El exorcismo de Georgetown”. Los hechos de "El exorcista" (1973), en los que se basó esta película, sucedieron en Georgetown, Washington DC.

El film tiene solo cuatro momentos de gran tensión y susto que te hacen saltar de la silla. Aunque no voy a decir que es aburrida o densa, creo que, para ser del género sobrenatural y tratar una “posesión”, los tiempos, aunque no sean de mucha acción, están bien llevados. La película lidia con temas relacionados al trauma, el arrepentimiento, los vicios, las relaciones de padre e hija y la fe. No vamos a ver un film donde el exorcismo sea el centro de la historia, sino más bien se enfoca en la profundidad emocional y en los conflictos internos de los personajes, más allá del mero enfrentamiento con lo sobrenatural.

Incluye varios flashbacks breves que nos muestran un evento terrible que el protagonista vivió cuando era niño. Aparentemente, aunque no queda muy claro, parece que fue abusado por un sacerdote cuando tenía 12 años siendo monaguillo. Estos flashbacks ayudan a explicar sus traumas del presente, especialmente en relación con lo religioso.

Desde mi perspectiva, el largometraje destaca por su atmósfera extremadamente oscura. No me refiero solo a la trama tétrica, sino principalmente a la falta de iluminación, que contribuye significativamente a la experiencia del espectador. Esta decisión artística potencia el suspenso y nos sumerge aún más en lo terrorífico. La oscuridad constante crea una sensación de claustrofobia y misterio, obligándonos a prestar atención a cada detalle y sonido, incrementando así la tensión en cada escena.

Es así que “el exorcismo” comienza a desarrollar un interesante contraste entre lo real y lo que podría estar en la mente de Tony. Es decir, al menos durante un tiempo, el espectador no está seguro si lo que ve es parte de sus problemas médicos y de salud mental, o si son realmente sucesos paranormales.

La atracción principal de la trama radica en el uso del recurso narrativo de "cine dentro del cine" y la forma en que la posesión demoníaca se manifiesta durante el rodaje de una película del mismo subgénero. El largometraje que está filmando Anthony Miller es un remake de "El exorcista" (1973), con los nombres cambiados. Hay una total referencia a este clásico del cine, cuando el protagonista esta con el guión del film, pasando página, se detiene en una y observamos un dibujo que nos recuerda al demonio "Pazuzu" de la icónica película en cuestión.

Hay pequeños tips que te van introduciendo a las diferentes fases de la posesión en el protagonista, vas notando su cambio de carácter, actitud, y otras manifestaciones que te van llevando al clímax final donde lo veremos tomado por completo por la entidad demoníaca. El momento que Anthony es poseído por Moloc y como se presenta, haciendo de su recipiente lo que quiere. Hacerlo arquearse de una manera imposible y escuchar sus huesos, hasta el momento donde le obliga a golpearse la cabeza una y otra vez sobre una mesa.

En la escena donde la hija del protagonista enfrenta al demonio dentro de su padre, primero nos muestra su osadía al intentar expulsarlo. En un primer intento, su esfuerzo no funciona ya que el ente infernal le dice que ella no cree y que no tiene fe. Sin embargo, hay un giro sorprendente cuando logra hacerlo retroceder al colocarle una cruz que su padre encontró en el cajón de la cocina de su casa.

Deduzco que más que la fe, es el amor que siente por su progenitor lo que se manifiesta de este modo. Esto lo considero porque, en el ritual del exorcismo, el ministro solicita que los presentes oren por el poseso y si hay personas allegadas a este, se debe hacer mucho énfasis en el amor que sienten por él. Es ese amor el que también vence al demonio. (Supongo que es eso lo que se quiso mostrar)

Sobre los personajes, puedo decir que Tony Miller, una estrella de cine que atraviesa un mal momento, pero el desvanecimiento del estrellato, la muerte de su esposa y, en última instancia, sus adicciones le meten en una espiral decadente que ya dura un año. Tony está alejado de su hija adolescente, que atraviesa su propia crisis. Por casualidades del destino, aparece un papel protagonista en una película que le brinda la oportunidad de volver a encarrilar su carrera y su vida. Un actor cuyos fantasmas lo convierten en el perfecto candidato para interpretar a un sacerdote atormentado.

Están los abusos silenciados de su infancia como monaguillo, su éxito adulto signado por la irresponsabilidad y las adicciones, el tormento de su presente por el fracaso profesional y la desintegración familiar. La entrada en la oscuridad interior del personaje se produce con astucia visual, un uso adecuado de la penumbra en los escenarios y la ambigüedad del tiempo que ofrece el punto de vista de Lee, su hija adolescente que busca la posible reconciliación con su padre. Es un cliché total vender tu alma al diablo por el éxito y Tony nunca lo haría. Pero, ¿y si el diablo se la roba de todos modos?

Lo que realmente llamo la atención es ver a Sam Worthington en un papel secundario, si en una época todos los estrenos lo tenían a él como rostro, si recuerdan “Hasta el último hombre”, “Furia de Titanes 1 y 2”, “Terminator Salvación”, “Avatar” entre otras. Aquí interpreta a Joe, en un rol secundario, cómo les decía que no contribuye de manera relevante al desarrollo de la trama y cuyo destino resulta ser bastante trágico al remplazar al protagonista a pedido del director.

Lee es la hija de 16 años de Tony, que acaba de ser expulsada del internado por destrozar el coche nuevo del director. Pelo alborotado, cínica, problemática. A pesar de su hosco exterior, necesita y quiere una relación con su padre y acepta ser ayudante de producción en su película. Pero es cautelosa. Teme que este papel lo arrastre de nuevo a las drogas y al alcohol. También tiene que enfrentarse a su propia sexualidad emergente y aprender a aceptarse a sí misma.

Blake es una estrella adolescente de la música de 16 años que da el salto a la interpretación. Es un mundo nuevo que le asusta y actúa con más confianza de la que realmente tiene. Creció en un hogar muy religioso, pero está descubriendo su sexualidad por su cuenta. Su alegría es menor porque sabe que su familia no lo aprobaría. En largometraje, ambas chicas emprenden un viaje de autodescubrimiento…

El padre Conor es un sacerdote jesuita y el asesor religioso de la película. Presenta a un personaje que no cree ni en lo sobrenatural ni en lo religioso, y que trata de enfrentarse a una fuerza demoníaca que podría ser real o no, en el contexto del rodaje de una película que justo lidia con esos temas. Cómo siempre el cine sigue desarrollando esa figura débil, apática, cuestionadora, volátil y efímera del sacerdote… espero que algún cambien con ese tema porque está más que trillado y no suma nada a las historias…

Hay dos momentos de posesión y exorcismo, la primera es la de Anthony y su hija, luego la segunda es la del padre Connor, invirtiendo su rol, al estar poseso, ya que se ofreció a cambiar su lugar por el del protagonista, que está apoyado por su hija y Blake respondiendo a unísono las letanías que Anthony pronuncia de memoria, texto que se ajustaba en el guión y que ahora recuerda…

Mi calificación para esta película es un, 5 PELADO INVESTIGA

"El exorcismo de Georgetown", presenta numerosos agujeros de guion, lo cual es lamentable dado su potencial para destacar en el género. Aunque el recurso narrativo de "cine dentro del cine" la hace inicialmente atractiva, la película termina cayendo en los típicos clichés hollywoodenses de este género. Los desenlaces son exagerados, y los personajes experimentan cambios abruptos e inesperados, generando giros narrativos que no cumplen con las expectativas del espectador y dejan una sensación de confusión sobre lo que realmente ocurrió.

El PELADO Investiga

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