Es una pieza musical que ha perdurado en la memoria colectiva desde su lanzamiento. Compuesta por Bruce Johnston en 1975, la canción fue publicada en su álbum “Going Public” en 1977, pero fue la versión del cantante Barry Manilow la que alcanzó una fama global. Su interpretación llegó al primer puesto de la lista Billboard Hot 100 en enero de 1976, y permaneció dos semanas en la cima, consolidándose como un clásico instantáneo.
Aunque la versión más conocida es la de Manilow, la primera grabación fue hecha por el dúo “Captain & Tennille”, quienes habían trabajado previamente con Johnston a comienzos de la década de 1970, cuando éste formaba parte de “The Beach Boys”. Bruce Johnston, el compositor, ha mencionado en varias entrevistas que la letra de la canción está escrita desde la perspectiva de la "Música" misma, a quien personifica como una entidad eterna, omnipresente y generadora de canciones. Declaro que, para él, el "yo" de la canción es Dios, y que las canciones provienen del espíritu de creatividad de todos. Ha dicho que la canción no es sobre su compañero de banda, Brian Wilson. En lugar de eso, es una metáfora de la música como una fuerza trascendental que conecta a todos los seres humanos.
Antes de estas versiones, el ídolo juvenil David Cassidy, lanzó su propia versión en 1975, esta alcanzó el puesto número 11 en las listas del Reino Unido ese mismo año, mostrando la popularidad creciente de la canción en diversas partes del mundo.
Curiosamente, cuando Manilow escuchó por primera vez la canción, se mostró reticente a grabarla, pensando que la letra podría malinterpretarse como un "viaje monumental del ego". Sin embargo, luego de la persuasión del presidente de su sello discográfico, decidió grabarla. El tema, se convirtió en el sencillo principal de su álbum “Tryin' to Get the Feeling” y comenzó a subir en las listas de popularidad en noviembre de 1975. En menos de dos meses, alcanzó el número uno en las listas de Billboard, un logro impresionante que consolidó aún más su carrera.
La letra habla del poder de la música como una fuerza universal, capaz de conmover, inspirar y conectar a las personas a un nivel profundo. En el estribillo de la canción, la música se presenta como una creadora de emociones que trasciende el tiempo y el espacio. La idea de que las canciones pueden hacer cantar al mundo entero, hablar de amor, de emociones profundas e incluso hacer llorar, refleja la capacidad de la música para expresar lo que las palabras solas no pueden.
En este himno a la música, se menciona que la música tiene un lugar especial en el alma de cada ser humano, convirtiéndose en un hogar dentro de cada uno de nosotros. Esta visión poética de la música la muestra como algo esencial, que forma parte intrínseca de la naturaleza humana y que, a lo largo de la historia, ha sido un medio para conectar a las personas, ya sea en momentos de alegría o de tristeza.
Pero la canción también celebra la capacidad de la música para movernos físicamente, para hacernos bailar, para inspirar valentía y hacernos sentir renovados. Al mencionar géneros como el rock 'n' roll, la letra resalta la energía que la música tiene para unir a las personas y hacerlas sentir parte de una misma "sinfonía mundial". La canción no solo es un homenaje a la música en sí, sino también a su poder transformador, que nos permite sentir, soñar, amar y, sobre todo, vivir de una manera más plena. "Escribo las Canciones" no es solo una reflexión sobre la creación musical, sino una celebración de la vida misma y de la capacidad única de la música para tocarnos en lo más profundo.
Tema musical incluido en el #expediente 68, del 15.11.2024
Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 68