ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 87 | 04.04.2025

¿POR QUÉ SENTIMOS CURIOSIDAD?


La curiosidad es una emoción humana que nos impulsa a buscar información, adquirir nuevos conocimientos y experimentar cosas diferentes. Este deseo de explorar lo desconocido nos lleva a ampliar nuestro entendimiento del mundo y de nosotros mismos. La curiosidad, además de ser placentera, puede presentarse como un estado pasajero o incluso como un rasgo permanente en ciertas personas, dependiendo de sus experiencias y entorno.

Podemos describir la curiosidad como una fuerza motivadora que nos lleva a explorar lo que nos rodea. Su intensidad varía entre individuos y está condicionada por estímulos externos que captan nuestra atención. Elementos como la sorpresa, lo nuevo y lo inesperado pueden desencadenar ese interés por aprender. Cuando algo que consideramos familiar cambia de forma inesperada, surge una sensación de conflicto interno que despierta nuestra necesidad de entenderlo.


En términos psicológicos, tiene dos aspectos clave. Por un lado, está el deseo de afrontar desafíos desconocidos, que podemos llamar “exploración”. Por otro lado, está el interés por comprender en profundidad las características de aquello que nos intriga, lo que se conoce como “absorción”. Estas dos dimensiones trabajan juntas para promover el aprendizaje y el crecimiento intelectual.

La curiosidad no siempre surge por falta de conocimiento práctico, como cuando necesitamos tomar una decisión. A menudo aparece simplemente por el placer de saber más. Este deseo de explorar el mundo sin esperar una recompensa externa la convierte en una motivación intrínseca: aprender se convierte en un fin en sí mismo.  Se han identificado dos formas principales de curiosidad:

1. Curiosidad sensorial: Provocada por estímulos como sonidos, imágenes o texturas que despiertan nuestro interés.
2. Curiosidad cognitiva: Propia de los seres humanos, implica un interés por resolver misterios o llenar vacíos de conocimiento.

La curiosidad cognitiva puede dividirse, a su vez, en dos subtipos:

- Específica: Se activa al intentar resolver un problema concreto o entender un aspecto particular de algo.
- Diversa: Surge al buscar nuevas experiencias o conocimientos sin un objetivo específico, motivados por el deseo de variedad.

Desde una perspectiva biológica, la curiosidad está relacionada con estructuras del cerebro como la amígdala, que conecta los estímulos del ambiente con respuestas emocionales, y el hipocampo, esencial para la memoria y el aprendizaje. Gracias a este sistema, cuando exploramos algo por curiosidad, los resultados tienden a quedar más grabados en nuestra mente.

En la infancia, la curiosidad se manifiesta como el deseo de explorar y aprender del entorno. Los niños más curiosos suelen mostrar mayor creatividad, madurez emocional y habilidades de liderazgo, mientras que aquellos menos curiosos tienden a ser más pasivos y reservados. La curiosidad es un reflejo de seguridad y apertura, que también beneficia a los adultos, especialmente a quienes se dedican a la ciencia, la innovación o la resolución de problemas.

Un ejemplo histórico de cómo la curiosidad transforma el mundo es el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming. Su interés en entender por qué un hongo había eliminado bacterias en una placa de laboratorio marcó un hito en la medicina.

La curiosidad ha sido un motor para grandes logros, y esto se refleja en el cine y la literatura. Por ejemplo:

- El código enigma, muestra cómo Alan Turing descifró los códigos de Enigma durante la Segunda Guerra Mundial gracias a su insaciable curiosidad y creatividad.
- Mente indomable, explora cómo el deseo de aprender transforma la vida de un joven genio que, con la ayuda de un mentor, canaliza su potencial.
- Enredados, relata la historia de Rapunzel, cuya curiosidad la impulsa a abandonar su torre para explorar el mundo y descubrir su verdadero propósito.
- La serie “Cosmos”, presentada por Carl Sagan, resalta cómo el deseo de entender el universo es un rasgo esencial de nuestra humanidad.

La curiosidad no es solo una emoción; es un regalo que nos conecta con nuestra capacidad de aprender, soñar y construir. De ti depende mantener vivo este impulso, transformando tu curiosidad en el puente hacia nuevos descubrimientos.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 87

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