La voluntad humana es una de las fuerzas más poderosas que existen. No hay fórmula mágica que funcione sin esfuerzo, pero sí hay rituales que pueden actuar como catalizadores para nuestro compromiso personal. Este es uno de ellos. Antes de avanzar, dejemos algo claro. Ningún acto simbólico puede reemplazar una buena alimentación ni el ejercicio físico. Pero cuando cuerpo, mente y energía se alinean, los resultados pueden potenciarse de forma sorprendente. Este ejercicio ritual no hará que bajes de peso de forma instantánea, pero sí puede despertar en vos un nuevo ritmo interno, una vibración que acompañe tu transformación física y emocional.
Este trabajo energético se basa en activar una zona clave del cuerpo: el centro de energía ubicado en la parte superior del abdomen. Este punto es fundamental porque regula el fuego interior, el impulso vital y, en parte, el metabolismo. Cuando este centro está bloqueado, el cuerpo se vuelve lento y la voluntad se apaga. Al estimularlo, se despierta una energía renovada que puede ayudarte a mantener la constancia necesaria para alcanzar tus objetivos. Este trabajo debe realizarse únicamente una noche de miércoles o viernes, siempre durante la fase creciente de la luna. Evita hacerlo con la luna en descenso, porque la energía se dispersa. Si podés estar al aire libre, mejor. De lo contrario, asegúrate de tener una ventana abierta y contacto visual con el cielo nocturno.
Crea un círculo de sal en el suelo. No solo marca un límite físico, también establece un espacio sagrado. Dentro de ese círculo, coloca una vela roja y enciéndela. Esa luz será tu guía durante todo el proceso. Apaga cualquier otra fuente de iluminación artificial. Necesitas intimidad y concentración. Quítate los zapatos, deja que tus pies toquen el suelo sin barreras. Usa ropa cómoda, sin apretar el cuerpo. Siéntate en el suelo, justo frente a la vela. No es necesario adoptar una posición de meditación compleja. Lo importante es que las plantas de tus pies se toquen entre sí mientras te mantienes con la espalda recta.
Lleva tus manos frente al rostro, sin tocarlo. Imagina que sostenes el aire que te rodea. Inhala tres veces por la boca, no de forma profunda, sino rápida, y contén el aire en la zona abdominal, no en el pecho. Exhala sobre tus manos con suavidad. Repítelo tres veces más. Ahora apoya ambas manos sobre el vientre, una encima de la otra, justo por encima del ombligo. Usa los pulgares para aplicar una leve presión hacia adentro, en dirección al diafragma. En esta posición, con total atención y sin moverte, repetí en voz clara y sostenida la frase:
CANDILA FOCUS IGNEA MEUM CORPORE.
Dilo siete veces seguidas. Sentirás tensión, incluso malestar. Es natural. No es dolor, es activación. Tu cuerpo está recibiendo una orden directa desde tu mente: despertar. Una vez pronunciadas las palabras, coloca las manos sobre el suelo, a ambos lados de la vela. Observa la llama. No es solo fuego. Es movimiento. Es transformación. Imagina que esa misma acción ocurre en tu interior. Así como la vela se consume, visualiza a tu organismo trabajando, quemando lo que ya no necesitas.
Pueden aparecer síntomas físicos: calor localizado, sudor, nerviosismo. También pensamientos que intenten distraerte, ideas que te inviten a abandonar. Ignóralos. Manteen la vista fija en el fuego. Esto es parte del entrenamiento mental. La primera vez que lo hagas no durarás mucho en esta posición. Es normal. No es una prueba de resistencia sino de conexión. Puedes repetir este trabajo hasta tres veces por semana. Con el tiempo notarás cómo el cuerpo se adapta y responde.
Cuando sientas que ya es suficiente, no rompas el círculo de forma abrupta. Toma un poco de la sal del borde y espolvoréala suavemente sobre la llama. Esto sella el proceso y permite salir del espacio sin cortar la energía de forma brusca.
Después de este trabajo energético, es ideal comenzar una rutina física, por mínima que sea. Tu cuerpo estará más receptivo y tu mente más decidida. El metabolismo se ajustará a esta nueva frecuencia.
Y un último consejo: no hagas este trabajo demasiado tarde. Al activar esta zona energética, podrías tener dificultades para conciliar el sueño. Comienza apenas la luna sea visible en el cielo. No existe solución mágica, pero cuando un ritual despierta tu fuerza interna, lo imposible empieza a parecer alcanzable.
Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 101
