
En ese contexto, el álbum “Ciegos de Siglos” no fue bien promocionado por la discográfica y recibió críticas duras por su cambio de estilo. A pesar de ello, con el paso del tiempo se convirtió en un artefacto de culto dentro del rock nacional, una pieza vibrante y oscura que refleja un momento de inflexión en la historia de Vox Dei.
No existe una historia documentada de un hecho específico que inspirara la letra de “Ciegos de Siglos”, pero sí podemos leerla como una reflexión profunda sobre la condición humana, sobre la ceguera espiritual y moral que se extiende a lo largo del tiempo. Según Willy Quiroga en entrevistas posteriores, ese título representa la incapacidad de ver la verdad profunda de nuestro yo interior, la negación de lo esencial, la soberbia de creernos superiores.
La canción suena como un espejo oscuro: habla de generaciones que repiten sus errores, de personas que no logran penetrar sus propias sombras, de una especie de condena existencial por no comprender quiénes somos realmente.
→ Primer bloque de análisis de la letra
“Entonces nada es cierto, oh, lo sabes bien / Si tú no crees en nada / Nada existe, nada es verdad”.
Esta apertura es un golpe directo al corazón. Aquí se describe una realidad fragmentada, donde la incredulidad y la desconexión del mundo tornan la existencia misma en un terreno ilusorio. La música acompaña, casi como un eco sombrío, un recordatorio de que la negación de la fe y del sentimiento convierte todo en vacío.
“Porque tú eres ninguno / Oh, yo también / Es que ninguno da / El primer paso para empezar”.
La canción se adentra en la complicidad de la soledad. Es una confesión: no solo el otro está perdido, sino que yo también. Hay una tensión entre deseo de actuar y la parálisis de la indiferencia. El primer paso nunca se da, y la existencia se repite en un ciclo de ceguera compartida.
“El todo es nada, nada es todo / Si no hay palabras para explicar / Lo que es amor”.
Esta línea parece un mantra oscuro. La contradicción absoluta refleja la imposibilidad de encontrar sentido en la comunicación, de expresar lo que se siente y de conectar con los otros. Amor y vacío se confunden; la falta de lenguaje es también falta de verdad.
→ Segundo bloque de análisis de la letra
En otro momento, la canción dice:
“Si está cerrado tu corazón / No hay canción”.
Aquí se revela que la creación, la emoción, la música misma dependen de la apertura interna. La letra sugiere que, sin receptividad, sin vulnerabilidad, el mundo queda silencioso, sin melodía, sin resonancia.
“Tú vives solo, yo también / Ciegos de siglos”.
Esta frase condensa la esencia del tema: la soledad compartida que se arrastra a través del tiempo. La metáfora de los siglos refuerza que la ceguera no es momentánea, sino histórica, existencial, una carga que pesa sobre cada generación.
“Ni recordarnos cómo es la luz”.
Esta es quizás la frase más poderosa, casi un suspiro. La luz, símbolo de claridad, de esperanza, de conciencia, se ha vuelto un recuerdo difuso. La letra sugiere que hemos perdido la capacidad de ver la verdad, de percibir la belleza, de conectar con lo esencial.
Cuando salió, “Ciegos de Siglos” no tuvo grandes rankings ni fama masiva, pero se convirtió en un referente del rock nacional profundo y oscuro, un himno introspectivo que habla a quienes sienten desconexión y vacío. Hoy sigue vigente, porque habla de la experiencia humana más básica: el aislamiento, la incredulidad y la búsqueda de luz en medio de la oscuridad. La canción no trascendió en estatuas ni homenajes, pero su legado vive en quienes la escuchan y en la influencia sobre generaciones de músicos argentinos que exploran emociones crudas y existenciales.
“Ciegos de Siglos” nos recuerda que la ceguera no siempre es física. Nos invita a mirar hacia dentro, a reconocer la soledad, la incredulidad y el miedo a sentir. Tal vez lo más doloroso no sea estar solos, sino no poder recordar cómo es la luz. Y, sin embargo, en esa conciencia del vacío surge una chispa: el conocimiento de nuestra propia condición.
Si cerrás los ojos mientras la escuchás, podés sentir la distancia, el peso del tiempo y, al mismo tiempo, un pequeño impulso de abrir el corazón. Porque incluso los ciegos de siglos pueden, por un instante, percibir la luz.
Y en ese suspiro… queda un hilo de esperanza, sutil, frágil, pero real.
Tema musical incluido en el #expediente 117, del 14.11.2025
Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 117