Mary era una joven y muy hermosa. Tenía quince años y se encontraba en la flor de la vida. Sin embargo, además de bella, era muy vanidosa. Vivía enamorada de su imagen. Sobre todo, de su larga melena, que peinaba cada noche cien veces antes de acostarse. Un día, un amigo de la muchacha, cansado de que fuera tan presuntuosa, se escondió en el armario de su habitación. La chica, como cada noche, comenzó a cepillarse el pelo frente al espejo. Justo en ese momento, el joven sale del armario, teniendo en sus manos unas tijeras. La atacó por la espalda, le tapó la boca con un pañuelo para que no gritara y comenzó a cortar toda su melena. Mary no pudo soportar verse así. Pocos días después, angustiada y deprimida, llorando se suicido. Desde entonces, su espíritu quedó atrapado en el reflejo del espejo.
Existen otras versiones de lo ocurrido. En una de ellas, una joven enferma a la que los médicos dieron por muerta cuando se hallaba en coma. Su padre decidió enterrarla, aunque sabía que aún respiraba. Para evitar su sufrimiento, le inyectó morfina y la metió en un ataúd. Pensó que terminaría muriendo de frío. Pero ató un hilo a su muñeca y colocó al otro extremo una campana… por si la chica de repente volvía a la vida. A la mañana siguiente, el hombre fue al cementerio y vio el cencerro tirado. ¡Se había soltado del hilo! Abrió el cajón y vio las manos ensangrentadas de su hija. Noto que le faltaban las uñas… con horror las vio incrustadas en la tapa de madera.
En España, el mito se conoce como la leyenda de Verónica. Cuenta la historia de una joven de unos 14 o 15 años que decidió jugar con la ouija e invocó a un espíritu. Nadie sabe qué pasó aquella noche, pero la joven apareció sin vida al día siguiente. Desde entonces, se cree que quedo atrapada entre los vivos y los muertos.
La influencia de esta figura llega a tierras anglosajonas, el personaje, María I, fue reina de Inglaterra e Irlanda. Es conocida por su intento de abrogar la Reforma anglicana, que había comenzado durante el reinado de su padre, Enrique VIII. Las ejecuciones que marcaron la restauración del catolicismo en Inglaterra e Irlanda suscitaron que sus opositores protestantes le dieran el apodo de “María la Sanguinaria" (Bloody Mary en inglés). Durante su vida experimentos dos veces embarazos psicológicos. A los tres meses de su matrimonio María empezó a sospechar que estaba en cinta viendo como su barriga aumentaba de volumen e incluso dijo que podía sentir el movimiento del feto. Sin embargo, los médicos atribuyeron la inflamación de su abdomen a una hidropesía, vulgar retención de líquidos y pronto la hinchazón empezó a volver a deshincharse.
Poco después, en 1558, pensó que se hallaba embarazada de nuevo. Dado lo ocurrido anteriormente, decidió ocultarlo. Una vez más, resultó ser una falsa alarma. Falleció poco después de la mala noticia. Hay individuos que creen que es ella la que aparece detrás de los espejos ya que sigue buscando a sus hijos perdidos y está más que dispuesta a robar uno si es necesario.
Como conclusión, relacionar figuras históricas con leyendas urbanas puede parecer temerario pero, son historias que quizás estén enraizadas en una pizca de verdad. Nos queda claro que no son personajes con quienes nos gustaría encontrar en el espejo del baño en medio de la noche.
Recopilación
El PELADO Investiga
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