ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 71 | 06.12.2024

CUANDO LA GENTE SE CREE QUE SABE MÁS QUE LOS DEMÁS


Existen personas con mucha iniciativa y con fuertes opiniones que tratarán de imponerla, creyendo que puede ser útil. Aunque sus intenciones sean buenas, la realidad de su punto de vista es parcial por lo que puede que no sean del todo acertadas, aunque ellas crean todo lo contrario.

El no saber de algo no quiere decir que no hayamos desarrollado una idea prejuiciosa sobre ese algo debido a ideas preconcebidas, conocimientos extrapolados y sabidurías populares.

Por lo general, para evaluar nuestro conocimiento debemos compararnos con medidas objetivas. También, debemos prestar atención en la forma en que tomamos decisiones sobre ciertos temas. Por ejemplo, basándonos en si algo es bueno o malo, en primeras impresiones o sin documentación que fundamenten nuestras conclusiones, probablemente estaremos sobrevalorando nuestro propio conocimiento.

Cuando estemos fuera de nuestra área de conocimiento hay que ser receptivo ante la crítica y las opiniones de los demás. Las personas con conocimientos moderados sobre un tema, o con una habilidad concreta para desarrollar una función, a menudo presentan inseguridades. El motivo, es porque ya son conscientes de lo que saben y de lo que no saben. Es decir, tienen consciencia de lo que les queda por aprender para poder considerarse expertos en alguna materia. Por consiguiente, esta inseguridad, hace que la persona tenga menos confianza en su propia capacidad pudiendo llegar al extremo de convertirse en el Síndrome del Impostor.

En cuanto a las personas expertas, se aprecia un efecto de sobrevaloración de los conocimientos de los demás. Los expertos no infravaloran lo que saben, conocen exactamente el valor de sus conocimientos y suelen considerar que los demás saben más de lo que realmente saben. Es decir, asumen ciertos conocimientos como obviedades y por lo tanto, creen que son conocimientos que todos tenemos.

El resultado es que a la persona experta se le quitan las ganas de enseñar porque lo entiende todo y por el contrario, al que aprende, se le quitan las ganas de aprender porque se ve incapaz de seguir el ritmo.
En conclusión, es importante trabajar sobre nosotros mismos cada día y esforzarnos por aprender más. El conocimiento no ocupa lugar y al final, aquellos más exitosos son los que se imponen a su propia desidia y van mejorando cada día.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 14

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