ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 69 | 22.11.2024

LA LLAVE MENOR DE SALOMÓN


En el ocaso del siglo XVII, emerge un texto intrigante que lleva el nombre del mítico rey Salomón, el último monarca del antiguo reino unido de Israel. Este manuscrito, conocido como “La Llave Menor de Salomón”, se presenta como una narrativa en la que el propio Salomón comparte con su hijo, Roboam, secretos ocultos y ceremonias místicas destinadas a obtener la magia de los ángeles. No obstante, detrás de esta obra se esconde una realidad más compleja.

Aunque la historia vincula a este monarca con la autoría de este libro, se revela que fue escrito hacia mediados del siglo XVII por un autor anónimo. Esta estrategia, común en la Edad Media, buscaba asociar la obra con la figura bíblica de Salomón para ganar notoriedad, mientras el verdadero autor permanecía en el anonimato, posiblemente por temor a la Inquisición.

A pesar de su origen ficticio, se sumerge en una tradición antigua que remonta su origen a “Las mil y una noches”. Según esta tradición, Salomón habría utilizado un anillo mágico, regalo divino a través del arcángel Miguel, para la construcción del Templo de Jerusalén. Esta sortija singular confería a su portador el control sobre 72 demonios y espíritus malignos, facilitando así la edificación del renombrado templo.

“El Testamento de Salomón”, escrito entre los siglos I y IV de nuestra era, se erige como fuente primaria de la narrativa que presenta a este rey como un maestro en el dominio de demonios. Aunque su autor permanece en la sombra, su profundo conocimiento de tradiciones paganas y judeocristianas sugiere la posibilidad de ser un griego convertido.

La estructura de “La Llave Menor de Salomón” consta de cuatro partes. En la primera, introduce la obra, destacando la creación del hombre como un ente que fusiona lo celestial y lo terrenal, permitiéndole manipular a los ángeles. La segunda parte revela una lista detallada de seres angelicales y espíritus menores que el hombre puede controlar, seguida de las instrucciones precisas para invocarlos mediante ceremonias específicas.

En la tercera sección, el narrador, desvela la posibilidad de crear cuatro tipos de anillos, cada uno destinado a conferir prosperidad, vitalidad, buen razonamiento o valor al portador. La última parte revela los secretos de 35 sellos distintos, cada uno dotado de un don único, junto con las instrucciones para su reproducción.

El practicante de estas ceremonias, según Salomón, debe poseer herramientas específicas, como un cuchillo nuevo, madera, metales especiales, un buril para inscripciones metálicas y tintas que el invocador mismo debe fabricar. La intrincada combinación de ingredientes y rituales busca canalizar las fuerzas celestiales para obtener beneficios variados, desde riqueza hasta poderes mentales.

La figura legendaria de Salomón se asoció a la Magia blanca, pero algunas tradiciones lo presentan como un verdadero mago. Las leyendas árabes destacan su habilidad con encantamientos y talismanes. La literatura greco-egipcia también menciona a Salomón en prácticas mágicas.

“La Llave Menor de Salomón” refleja deseos universales como salud, riqueza, amor, conocimiento, justicia y daño. Aunque la Magia pierde relevancia en la sociedad actual, sigue siendo un testimonio de aspiraciones humanas a lo largo de la historia.

Recopilación
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