ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 70 | 29.11.2024

LA SERPIENTE OCULTA EN EL VATICANO


En el corazón mismo de la Santa Sede, donde el Papa se dirige a los fieles desde la Sala de Audiencias, se oculta un intrigante enigma arquitectónico que ha capturado la atención de aquellos que observan más allá de las palabras pronunciadas. Esta sala, también conocida como Aula Pablo VI o Sala Nervi, construida bajo la dirección del arquitecto Pier Luigi Nervi, se revela como un espacio cargado de simbolismos, destacando la presencia de serpientes que se entrelazan con la historia y la religión.

Diseñada para albergar a 6.300 personas, presenta desde una perspectiva aérea una sorprendente similitud con la cabeza de una serpiente. El techo ondulado se adapta a la forma del reptil, con el altar estratégicamente ubicado en la parte más estrecha de la sala. Sin embargo, este simbolismo no se limita al diseño general; se manifiesta en detalles específicos que revelan una relación con la figura de este áspid.

Dos ventanas, cuidadosamente colocadas, asemejan los ojos, mientras que el interior del techo nos recuerda a las escamas del reptil. El altar, en una interpretación sugerente, adquiere la apariencia de la boca, con columnas que se asemejan a colmillos prominentes. La escultura central, La Resurrezione, creada por Pericle Fazzini, cobra un nuevo significado cuando se observa desde cierto ángulo: el cabello de Jesús parece transformarse en la cabeza de una serpiente.

Este conjunto de siete similitudes, que algunos consideran más que meras coincidencias, plantea la pregunta inevitable: ¿por qué una sala en el Vaticano está imbuida de simbolismos serpentinos? Las respuestas son tan variadas como las interpretaciones de aquellos que estudian estos misterios.

Entre las hipótesis más intrigantes, se encuentra la especulación sobre la conexión de este reptil con un supuesto "Estado profundo que gobierna el mundo". Se sugiere que este simbolismo actúa como un mensaje subliminal dirigido por la Iglesia a sus numerosos seguidores, relacionando la figura de la víbora con aquellos que ejercen un control global desde las sombras.

Otra teoría apunta a la asociación de estas metáforas con los “Iluminati”, una sociedad secreta con vínculos históricos con la Iglesia. Se plantea la posibilidad de una fuerte influencia, que esta oculta sobre la sociedad.

Sin embargo, existen explicaciones más prosaicas que desmitifican el simbolismo serpentino. La arquitectura de Nervi, argumentan algunos, responde a requisitos técnicos y funcionales. El diseño se adapta para la climatización, la iluminación natural y la acústica, asegurando que el sonido se distribuya de manera uniforme en la sala. El techo, con sus 41 nervios perforados para permitir la entrada de la luz, y la disposición de la planta responden a necesidades arquitectónicas básicas.

La Iglesia, por su parte, ofrece una respuesta vinculada a la Biblia. La serpiente, en su simbolismo bíblico, evoca dos momentos cruciales: el relato en el Jardín del Edén, recordando el castigo a Adán y Eva; y el episodio en el que Dios envía serpientes para castigar al pueblo de Israel, quienes, arrepentidos, imploran perdón.

En este caleidoscopio de interpretaciones, este reptil oculto en el Vaticano se presenta como un enigma envuelto en simbolismos arquitectónicos y teológicos. Aunque las respuestas definitivas pueden escapar a nuestro alcance, queda claro que esta presencia serpentiforme, lejos de ser secreta, se despliega a la vista de todos, instigando la curiosidad y las especulaciones en torno a la sala de audiencias papal.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 26

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