ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 70 | 29.11.2024

UN ACTO DE FE EN MEDIO DE LA TORMENTA DE LAS ARDENAS


La historia que gira en torno a la "Oración de Patton" se desarrolla en uno de los momentos más críticos de la Segunda Guerra Mundial, específicamente durante el penúltimo año del conflicto, en los densos bosques belgas de las Ardenas, durante el otoño/invierno de 1944. La intensidad del frío y las constantes lluvias habían dejado el frente estancado, generando la urgencia de un cambio en las condiciones climáticas para que los aliados pudieran avanzar y derrotar al enemigo.

El general Patton, reconocido por su carácter decidido y su habilidad estratégica, se enfrentó a este desafío climático y decidió recurrir a la fe para cambiar el rumbo de la guerra. Convocó a un capellán castrense, el padre James H. O´Neill, con el objetivo de encontrar o crear una oración que pudiera influir en las condiciones meteorológicas y permitir el avance de las fuerzas aliadas.

Ante la falta de una oración existente que cumpliera con sus propósitos, el capellán O´Neill tomó la iniciativa de crear una desde cero. Mientras la lluvia caía, y la Navidad se acercaba, se sumergió en la tarea de redactar una plegaria que reflejara la necesidad imperante de un cambio en el clima para la batalla.

La oración resultante rezaba:

"Dios todopoderoso y Padre misericordioso, humildemente te suplicamos, por tu gran bondad, frenar estas copiosas lluvias con las que hemos tenido que lidiar. Concédenos tiempo para la batalla. Escúchanos amablemente como los soldados que te invocan para que, armados con tu poder, podamos avanzar de victoria en victoria, y aplastar la opresión y la maldad de nuestros enemigos, y establecer la justicia entre los hombres y las naciones. Amén."

Patton leyó la oración, la devolvió al capellán O´Neill y le encargó imprimir 250.000 copias, asegurándose de que cada hombre en el 3er Ejército recibiera una. A este acto de fe se sumó un mensaje personal de Patton deseando una feliz Navidad y expresando su confianza en el coraje y la dedicación de sus tropas.

El 22 de diciembre, los soldados recibieron la oración y, al día siguiente, el clima mejoró durante seis días, permitiendo que la aviación aliada respaldara al 3er Ejército. Esto resultó crucial para romper el cerco a Bastogne, donde la 101ª División Aerotransportada estaba sitiada. Patton anotó en su diario: "El día de Navidad amaneció despejado y frío; un tiempo magnífico para matar alemanes."

El capellán O´Neill, al recordar los eventos en 1950, compartió el encuentro con Patton a finales de enero de 1945: "Se paró directamente frente a mí y sonrió: 'Bueno, Padre, nuestras oraciones funcionaron. Sabía que lo harían.' Luego me golpeó en mi casco de acero con su fusta. Esa fue su forma de decir: 'Bien hecho.'"

La "Oración de Patton" se convirtió así en un testimonio de la fe en medio de la tormenta de la guerra, donde la creencia en el poder de la oración pareció influir no solo en el clima, sino también en el rumbo de la historia.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 23

Entradas que pueden interesarte