ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 62 | 04.10.2024

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EL ROSTRO FEMENINO DE LA DEIDAD

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El Dios de la Biblia, conocido como Jehová, Yahvé o simplemente Dios, ha sido tradicionalmente representado como una entidad masculina en el Antiguo Testamento y más allá. Esta representación se refleja no solo en las descripciones directas, sino también en símbolos como columnas de humo y lenguas de fuego. Sin embargo, tras esta aparente afirmación de su naturaleza masculina, hay pistas sobre un pasado que las religiones han omitido cuidadosamente, posiblemente debido a la tendencia de asociar lo femenino con una naturaleza demoníaca.

A pesar de la imagen predominantemente masculina de Dios, el Espíritu Santo, la tercera entidad en el triunvirato religioso, se expresa a través de referencias femeninas. Algunos sugieren que el Espíritu Santo no desciende sobre María como una semilla cósmica, sino como la acción del “Dios-Mujer” actuando sobre una de sus hijas, bendiciéndola como el sagrado templo donde la humanidad se conecta con la mujer: el útero.

La presencia de lo femenino en la deidad es un tema difícil para las religiones dominantes, relegado a la lista de "erratas sagradas". Aunque en la Biblia se menciona a Dios con la palabra “Shaddia”, que se traduce comúnmente como "padre", su significado real apunta al acto de amamantar y al vínculo maternal, contradiciendo la concepción masculina tradicional. Este desprecio hacia lo femenino llega al extremo de negarle a Dios cualquier rasgo femenino, restándole su omnipotencia.

Desde una perspectiva mitológica, las narrativas que destacan la mitad femenina del todo son apreciadas por su reconocimiento de la faceta femenina en el acto de crear. Negar esta faceta implica abogar por un Dios limitado y temeroso de la mujer. Las mitologías, a diferencia de las religiones, resaltan la importancia de las mujeres en la creación y la vida, y las tragedias a menudo giran en torno a ellas, demostrando que el cielo no carece de la influencia femenina.

Aunque las religiones han ocultado con precisión la silueta de la mujer en Dios, las antiguas diosas paganas sobreviven en cuentos y mitos, recordándonos la certeza de que el cielo no está desprovisto de la influencia femenina. Estas figuras, como las vírgenes, valquirias, hadas, reinas encantadas, musas y parcas, persisten en nuestra cultura como vestigios de la comprensión profunda de que la creación y la vida no pueden separarse de la esencia femenina. En última instancia, el reconocimiento de esta realidad desafía las interpretaciones patriarcales y abre espacio para una comprensión más completa y equitativa de la divinidad.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 29

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