La sensación de que algo invisible nos toca es uno de los fenómenos más comunes relacionados con lo paranormal. Este fenómeno puede ocurrir en cualquier momento del día, pero es más frecuente durante la noche, e incluso puede suceder mientras dormimos, provocando despertares abruptos y sobresaltos reales. A veces, este toque invisible puede ser sutil, como una simple caricia o una brisa en el rostro, mientras que otras veces puede ser más intenso e incluso violento. En este análisis, exploraremos este extraño fenómeno desde la perspectiva de la parapsicología y las neurociencias.
En el ámbito de lo parapsicológico, se distingue entre diferentes tipos de entidades que podrían estar detrás de estos toques invisibles. Por ejemplo, los fantasmas son considerados energías residuales que interactúan repetidamente en un lugar específico, dejando una impresión en el ambiente. Este tipo de interacción es repetitiva y generalmente no implica una voluntad consciente. Por otro lado, las neurociencias nos ofrecen una perspectiva diferente. La sensación de que algo invisible nos toca puede ser atribuida a la sensación de presencia, que es cuando sentimos la presencia de alguien cerca, incluso cuando no hay nadie visible. Este fenómeno es distinto de otras alucinaciones y tiene un componente espiritual y místico.
Además, nuestro cuerpo está rodeado por un campo de energía invisible conocido como aura o doble eterico. Cuando algo atraviesa este campo sin nuestro permiso, podemos experimentar sensaciones físicas y emocionales. La intensidad de estas sensaciones puede variar dependiendo de la proximidad y la naturaleza del toque. Es importante tener en cuenta que estas experiencias pueden variar en su naturaleza y significado dependiendo del contexto cultural y personal de cada individuo. Por ejemplo, en algunas culturas, estos toques invisibles pueden ser interpretados como señales de la presencia de seres sobrenaturales o entidades espirituales, mientras que en otras pueden ser considerados simplemente como alucinaciones o efectos psicológicos.
La investigación científica sobre este fenómeno sigue siendo limitada y controvertida. Algunos científicos sugieren que estas sensaciones pueden ser el resultado de procesos neurológicos complejos, como la activación de ciertas áreas del cerebro que están involucradas en la percepción sensorial y la conciencia del cuerpo. Otros sugieren que podrían ser el resultado de la sugestión, el estrés o la ansiedad. Muchas personas que han tenido estas experiencias, yo fui una de ellas, están convencidas de que no pueden ser explicadas completamente por la ciencia convencional. Para ellos, estas sensaciones son muy reales y significativas, y pueden tener un profundo impacto en su vida y su forma de ver el mundo.
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