ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 68 | 15.11.2024

MEMENTO MORI

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La noción de capturar una imagen de un ser querido poco después de su fallecimiento puede resultar desconcertante para muchos. Sin embargo, los "Memento Mori", un término que se traduce literalmente como "recuerda que morirás", eran prácticas comunes en épocas pasadas. Estas imágenes pertenecen a una era muy distinta, donde los retratos familiares eran un privilegio y la muerte, especialmente la de los niños, era una realidad frecuente. Así, las fotografías post mortem se convirtieron en una forma de conmemorar a los difuntos y mitigar el dolor de la pérdida.

Estas imágenes, inquietantes y a la vez conmovedoras, muestran a familias posando junto a sus seres queridos fallecidos, bebés que parecen estar dormidos y jóvenes elegantemente inclinados, como si la enfermedad que les arrebató la vida los hubiera embellecido. En tiempos pasados, la muerte estaba intrínsecamente ligada a la vida. En el siglo XVI, en Europa, los retratos en vida eran considerados vanidosos, pero en la muerte adquirían un significado casi religioso. En aquella época, la mortalidad era mucho más palpable en la sociedad que en la actualidad. Entre 1837 y 1851, la esperanza de vida no superaba los 45 años, y el 15% de los nacimientos terminaban en muerte. Epidemias como el tifus y el cólera, el trabajo infantil generalizado y la constante escasez de alimentos contribuían a normalizar la presencia de la muerte en la vida cotidiana.

Los familiares solían conservar mechones de cabello de los difuntos en medallones y anillos, se elaboraban máscaras mortuorias de cera, y símbolos de la muerte adornaban pinturas y esculturas. Sin embargo, hacia mediados del siglo XIX, la fotografía se popularizaba y se volvía más asequible, lo que dio lugar al surgimiento del retrato fotográfico como "Memento Mori". En la década de 1850, se desarrollaron procedimientos menos costosos, como el uso de metal delgado, vidrio o papel en lugar de plata. Así, el retrato de la muerte se volvió cada vez más popular.

Las guarderías victorianas estaban plagadas de enfermedades como el sarampión, la difteria, la escarlatina y la rubéola, muchas de las cuales podían ser mortales. La muerte de un niño a menudo llevaba a las familias a considerar la fotografía como una última oportunidad de tener una imagen permanente de su ser querido. Con la mejora de la atención médica y la esperanza de vida infantil, la demanda de fotografías post mortem disminuyó. La llegada de la fotografía instantánea marcó el declive final de esta práctica, ya que las familias comenzaron a preferir retratarse en vida.

A pesar de ello, las imágenes que muestran a personas enfrentando valientemente su dolor para preservar la imagen de un ser querido continúan siendo testigos del poderoso significado detrás del "Memento Mori". Estas fotografías, aunque pueden parecer extrañas para los estándares contemporáneos, ofrecen un vistazo fascinante a una época en la que la muerte era una parte inevitable y omnipresente de la vida.

Memento Mori: recuerda que morirás.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 40

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