La Universidad Estatal de Ohio, ubicada en Athens, es una institución con una larga historia. Fundada en 1804, es la más antigua del estado y ha visto pasar a miles de estudiantes, algunos de los cuales han alcanzado fama en diversas disciplinas. Sin embargo, entre las historias que circulan en sus pasillos, una destaca por su naturaleza inquietante: la leyenda de la habitación 428, un lugar que ha permanecido cerrado durante décadas y que es considerado uno de los más embrujados de Estados Unidos.
El edificio donde se encuentra esta enigmática habitación, conocido como Wilson Hall, fue construido en 1965 y es utilizado como residencia estudiantil. Pero la habitación 428 es diferente. Esta estancia ha sido escenario de numerosos fenómenos paranormales que han dejado huella en la memoria de quienes alguna vez tuvieron la osadía de cruzar su umbral. Todo comenzó, según se cuenta, tras la trágica muerte de una joven que, practicando rituales oscuros, habría invocado fuerzas malignas en su interior.
Los testimonios de sucesos inexplicables son numerosos: objetos que vuelan por la habitación sin motivo aparente, puertas que se abren y cierran solas, sombras que parecen seguir a los intrusos, y un rostro misterioso que aparece en la madera de la puerta, sin importar cuántas veces sea reemplazada. Estas manifestaciones han convertido a la habitación 428 en un lugar temido, cerrado bajo estrictas medidas de seguridad para evitar que alguien más se vea afectado por la energía negativa que emana de ella.
Los expertos en fenómenos paranormales han planteado diversas teorías para explicar estos eventos. Una de las más inquietantes es la que sugiere que el edificio Wilson Hall se encuentra en el centro de un pentagrama formado por cinco cementerios cercanos, lo que podría estar atrayendo energía oscura hacia el lugar. Otros, en cambio, creen que la construcción del edificio sobre antiguos terrenos sagrados, como un cementerio indígena o el panteón de un hospital mental, ha contribuido a la acumulación de esta energía maligna.
Lo que sí es cierto es que el Wilson Hall está ubicado cerca de un antiguo hospital psiquiátrico, conocido por las terribles prácticas que se realizaban en su interior. Desde electroshock hasta lobotomías, las atrocidades cometidas en este lugar han dejado una huella imborrable en la historia de la ciudad. Entre los eventos más macabros, destaca el caso de una mujer que, tras desaparecer durante semanas, fue encontrada sin vida en el ático del hospital. Su cuerpo dejó una marca en el suelo que, hasta el día de hoy, nadie ha logrado borrar.
La habitación 428 y su oscura historia siguen siendo un misterio sin resolver, una leyenda que, con el paso del tiempo, ha ganado más notoriedad. Aunque la Universidad Estatal de Ohio continúa siendo un lugar de aprendizaje y crecimiento, las sombras de su pasado aún resuenan en sus antiguos muros, recordando a todos que hay secretos que nunca deberían ser desvelados.
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