También conocido como el “Libro de la Telepatía” — es un texto misterioso y prohibido que circuló a finales del siglo XIX y principios del XX. En sus páginas se exploran fenómenos cognitivos poco convencionales, tales como la telepatía, los sueños telepáticos, la percepción extrasensorial, la precognición, la clarividencia y la visión remota. Pero lo más fascinante es que también ofrece un enfoque práctico sobre cómo desarrollar estos canales de comunicación, como, por ejemplo, la habilidad de leer la mente. Algunos sugieren que este libro fue escrito por el filólogo y pionero en estudios psíquicos Frédéric Myers, quien fundó la “Sociedad para la Investigación Psíquica” y acuñó la palabra "telepatía" en 1882. Sin embargo, la autoría del “Liber Telepathos” sigue siendo un enigma. Lo que sabemos con certeza es que el libro fue mencionado en el primer estudio científico sobre telepatía, “Fantasmas de los Vivos” del año (1886), aunque esos fragmentos fueron eliminados de las ediciones posteriores.
Según el libro, las capacidades telepáticas del ser humano pueden desarrollarse hasta un cierto punto, pero existe un umbral que ni siquiera aquellos con habilidades cognitivas excepcionales pueden superar. Además, se establece que no es posible leer los pensamientos de otro ser humano en tiempo real. En otras palabras, no es posible captar lo que alguien está pensando en el momento exacto en que se forma en su mente. Los pensamientos, a lo sumo, se transmiten de manera borrosa, incompleta o distorsionada. Aquellos que intentan desarrollar su telepatía con ejercicios simples de adivinación suelen fallar estrepitosamente. Este grimorio argumenta que esto ocurre porque tales ejercicios limitan las posibilidades mentales del emisor, restringiendo su pensamiento a opciones predeterminadas. El verdadero desarrollo de la telepatía, según el libro, solo es posible mediante ejercicios con “respuestas libres”, en los que el receptor no debe escoger entre respuestas prediseñadas, sino donde las opciones son infinitas.
En el ámbito de la parapsicología, se utilizan cartas Zener para estudiar a los sujetos. Estas cartas, con símbolos simples, son utilizadas para verificar si una persona posee habilidades telepáticas. Si el sujeto acierta más veces de lo que podría predecirse por azar, se considera que tiene habilidades telepáticas. Sin embargo, este método obliga al cerebro a limitarse a una serie de respuestas posibles, lo que, según el “Liber Telepathos”, no favorece el ejercicio telepático. La verdadera telepatía, según el texto, se revela cuando no se sigue un patrón preestablecido. La mecánica cuántica propone que la telepatía podría estar relacionada con el electromagnetismo, o incluso con la interacción gravitatoria, ya que ambas interacciones podrían permitir la transmisión de información a través de distancias enormes, incluso cruzando el espacio-tiempo. Sin embargo, la ciencia aún no sabe en qué región del cerebro se procesan estas señales.
Aunque el “Liber Telepathos” no menciona directamente el electromagnetismo o la gravedad, sí sugiere que los pensamientos son pulsos primarios, similares a un código binario. Según el texto, lo que percibimos como pensamiento es solo el último eslabón de una larga cadena de procesos mentales, los cuales el cerebro organiza y define antes de que lleguen a la conciencia. Lo que se transmite telepáticamente no es el pensamiento procesado, sino más bien su estado inicial, sin forma definida, como un "embrión" del pensamiento. Si aceptamos que la telepatía es posible, las posibilidades se vuelven infinitas. Incluso las fronteras del espacio-tiempo dejan de ser un obstáculo, lo que lleva a la inquietante reflexión de si las ideas que creemos propias han sido en realidad originadas por otros, en otro lugar y en otro tiempo. Y más aún, si nosotros mismos somos solo un medio a través del cual esos pensamientos toman forma.
Recopilación
El PELADO Investiga
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