ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 97 | 27.06.2025

EL VAMPIRO QUE REVELÓ SUS SECRETOS A LUTERO


El Begierig es una criatura aterradora que forma parte de una antigua tradición vampírica en Alemania, derivada de antiguos mitos del norte de Europa sobre seres nocturnos y temibles. Su nombre puede traducirse como "el que mastica ávidamente", una descripción que refleja muy bien su naturaleza inquietante y obsesiva. La historia de este vampiro tiene vínculos con relatos que surgieron en tiempos de profundas transformaciones religiosas y sociales, cuando fenómenos inexplicables despertaban el temor y la curiosidad por igual.

Entre los relatos más conocidos se encuentra uno relacionado con un importante reformador del siglo XVI, cuya férrea convicción religiosa lo enfrentó a esta entidad sobrenatural. Según la tradición, este hombre, conocido por ser el padre de la Reforma Protestante, tuvo un encuentro directo con esta criatura. En esa ocasión, logró arrancarle al ser vampírico secretos que permanecían ocultos desde tiempos inmemoriales, entre ellos los métodos para convertirse en uno de ellos y las formas de destruirlos utilizando recursos espirituales.

Lo que hace único a este vampiro no es solo su procedencia mitológica, sino las maneras específicas en que un humano puede transformarse en este ente. La primera forma, quizás la más rara, ocurre cuando una persona nace con una anomalía en la parte final de su columna vertebral, una particularidad que marcaría su destino para siempre. La segunda posibilidad tiene que ver con un trágico evento: morir ahogado durante el solsticio de invierno, un momento del año cargado de simbolismo y misterio. La tercera, quizá la más inquietante, señala que, si una persona es enterrada con su nombre bordado en la ropa, regresará de la muerte tres noches después convertida en un voraz vampiro que busca saciar su hambre de sangre.


Este ser es conocido por su naturaleza tímida y evasiva. Rara vez se aventura lejos de su tumba, prefiriendo permanecer en la oscuridad y la seguridad que le ofrece su sepulcro. Los relatos populares lo describen como un ser que, en lugar de aterrorizar con grandes ataques, se dedica a pequeñas travesuras que, aunque parecen inofensivas, causan molestias significativas a los habitantes rurales. Entre sus acciones más comunes están atar las colas de los animales o hacer pequeños destrozos en los establos.

Curiosamente, su hábito más característico es masticar objetos. Pasa muchas horas en su tumba, acostado boca arriba, con su ojo izquierdo abierto, consumiendo frenéticamente cualquier pedazo de tela que logre arrancar de tumbas cercanas. Si no encuentra nada que roer, no duda en morder sus propias extremidades, una imagen tan perturbadora como desesperada. Quienes se encargan de cuidar los cementerios saben reconocer cuándo un Begierig está cerca por el ruido peculiar que produce al masticar, similar a los gruñidos de un cerdo.

A pesar de estos hábitos grotescos, posee poderes que no deben subestimarse. Su fuerza mental es considerable, y puede absorber la energía vital de cualquier persona que se aventure a caminar sobre su sepultura, debilitándola y dejándola vulnerable. Una práctica recomendada para lograrlo es que los familiares del vampiro viviente adopten una dieta rica en ajo, ya que este alimento actúa como un escudo espiritual que impide que el vampiro mantenga su enlace psíquico con ellos. Este primer paso es vital para preparar la exhumación que pondrá fin a su amenaza.

El siguiente paso implica desenterrarlo al amanecer. A diferencia de otras leyendas vampíricas, la luz del sol no destruye a esta criatura, pero sí la paraliza momentáneamente, embotando sus sentidos y haciéndola lenta y predecible. En ese estado, no es necesario usar la fuerza física ni atarlo, ya que no ofrecería resistencia alguna. La verdadera clave para neutralizarlo está en su compulsión por masticar.

Para evitar que se libere o cause daño, se coloca una piedra o una moneda en su boca, bloqueando ese impulso insaciable. Esta acción lo inmoviliza, dejando al descubierto su vulnerabilidad. Finalmente, para asegurarse de que no vuelva a levantarse, el cuerpo debe ser incinerado, y las cenizas esparcidas sobre tierra bendita, garantizando que su maldad no pueda regresar.

Este relato refleja cómo las leyendas antiguas combinan elementos de miedo, espiritualidad y cultura popular para construir historias que, más allá del terror, hablan de la lucha entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la muerte. También muestra cómo, incluso en épocas donde la fe era el eje de la vida cotidiana, surgían historias que ayudaban a enfrentar los miedos más profundos y a encontrar formas de protegerse contra lo desconocido.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 96

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