ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 102 | 01.08.2025

PLAY THE GAME

En 1980, Queen lanzó una canción que no hablaba de reinas ni de guerras espaciales. No tenía pretensiones políticas ni mensajes ocultos. Solo una verdad sencilla, pero inmensa: el amor es un juego. Y como todo juego, hay que atreverse a jugarlo. La canción se llama “Juega el Juego”, y fue el tercer sencillo del álbum “The Game”, un disco que marcó un antes y un después para la banda. Fue la primera vez que Queen incorporó sintetizadores a su sonido, una novedad que no solo modernizó su estilo, sino que aportó una textura emocional distinta, más íntima.

“Juega el Juego”, es una invitación directa. Freddie Mercury, con una interpretación que va desde la ternura hasta la intensidad total, nos habla casi al oído. Nos dice: abrí tu mente, déjame entrar. Suelta el peso del día. Apoya la cabeza cansada. Deja que el corazón decida por vos. En ese instante, la canción no suena como un mensaje masivo, sino como una conversación entre dos personas, frente a frente.

Desde sus primeras líneas, la canción propone que amar no debería ser una batalla, sino algo tan natural como respirar. Es fácil, dice Mercury, cuando conoces las reglas. Lo difícil es animarse a empezar. Porque el amor, como todo juego, implica riesgo. Pero también la posibilidad de algo grande.

El estribillo se convierte en un mantra: “Juega el juego. Todo el mundo juega el juego del amor”. Es casi una súplica disfrazada de orden. No hay que entenderlo todo. No hay que tenerlo todo bajo control. Solo hay que entregarse.

Y cuando todo se pone oscuro, cuando la energía cae y las defensas bajan, la canción propone algo inesperado: encender un cigarro y dejarse llevar. Es un símbolo, claro. Un gesto que representa soltar el control, apagar el ruido mental, y permitirse sentir. Porque el amor, al fin y al cabo, no responde a la lógica. Es un acto de abandono voluntario.

La letra va creciendo con el ritmo. Y en un punto, Mercury no solo canta sobre el amor. Lo encarna. Dice que el amor corre por sus venas, que le llena la cabeza, que le quema los pies. Lo está sintiendo. Lo está viviendo. Y nos lo transmite con cada nota.

Este tema no solo marcó un cambio en el sonido de Queen. También marcó una transformación en la imagen de Freddie. En el videoclip, aparece por primera vez con el bigote que lo acompañaría hasta el final de su carrera. El cabello corto, el nuevo look, la remera con el logo de “Flash Gordon” —película que Queen musicalizó ese mismo año— todo formaba parte de una reinvención. Más libre. Más auténtica. Más poderosa.

El videoclip, grabado en mayo del 80, incluyó efectos visuales poco comunes para la época: imágenes en reversa, movimientos fluidos simulando agua y hasta efectos de fuego. Una estética futurista que, según algunos, hacía eco del universo del cómic “Flash Gordon”. En ese mismo clip, se puede ver a Brian May tocando una guitarra distinta a su tradicional Red Special, un gesto inusual que reforzaba el espíritu experimental de ese momento en la historia de la banda.

Pero más allá de los detalles visuales, lo que queda es el mensaje. “Juega el Juego” no es solo una canción sobre el amor. Es una invitación a bajar la guardia. A dejar de hacerse el fuerte. A aceptar que todos, en algún momento, vamos a caer rendidos ante algo que no podemos explicar. Y que eso está bien. Porque vivir también es eso. Jugar. Sentir. Amar.

Como dice la canción, esta es tu vida. No seas tan duro con vos mismo. El mundo es libre. Y el amor está esperando. Todo lo que tenés que hacer es… jugar el juego.

Tema musical incluido en el #expediente 102, del 01.08.2025

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 102

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