ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 108 | 12.09.2025

EL MONSTRUO QUE SE ALIMENTA DE TI: BABADOOK


El nombre BABADOOK empezó a sonar fuerte tras el estreno de una película australiana en 2014. Sin embargo, lo que muchos no saben es que el mito detrás de esa figura no nació en el cine, sino que tiene raíces mucho más antiguas y oscuras. La historia real se remonta a tiempos en los que la gente veía en los bosques algo más que árboles, y sentía que fuerzas invisibles custodiaban sus secretos.

Se dice que estas criaturas, eran seres de aspecto humanoide, altos como gigantes, con cuerpos estilizados, piel pálida y ropajes negros. Algunos relatos los describen con cornamentas enormes que se ramificaban como árboles secos, y con sonrisas inquietantes que parecían no borrarse jamás de sus rostros. Eran figuras que combinaban majestuosidad con un halo de amenaza.

La primera descripción registrada proviene de un artista del siglo XIX, que aseguraba haberlos visto en un bosque remoto. Una tarde, mientras pescaba en una laguna, la tierra empezó a temblar bajo sus pies. Pensó que era un terremoto, hasta que comprendió que aquello provenía del paso de unos seres descomunales. Eran varios, tan robustos como los troncos más viejos, y al pasar lo miraban con curiosidad. Uno de ellos, el más pequeño, se detuvo. Metió la mano en el agua, sacó un pez vivo y lo depositó en las manos del hombre. Luego, con una sonrisa inmóvil, siguió caminando junto al resto. Aquella experiencia lo marcaría para siempre.

Ese artista escribió después que no se trataba de simples criaturas de carne y hueso. Parecían espíritus vinculados a la naturaleza, guardianes de los bosques. Aseguraba que, pese a su apariencia imponente, solían mostrarse amables y festivos. Pero advertía algo más: si se sentían amenazados, podían causar un dolor insoportable y, de un instante a otro, provocar la muerte. A partir de allí, comenzaron a ser conocidos como “BABADOOKS”.

Algunos estudiosos del folclore afirman que eran protectores de los animales y custodios de las tierras salvajes. Cuentan que en ocasiones rarísimas se dejaban ver en procesiones largas, marchando alrededor de un sitio sagrado al que llamaban “El Extremo más Lejano de la Tierra”, un punto misterioso donde, según la tradición, se abría una puerta hacia lo desconocido.

Pero entre todas las leyendas, existe una que habla de la corrupción de uno de estos seres. En su andar, decidieron enviar a uno de los suyos para observar a los humanos. El elegido debía aprender de ellos, comprender sus emociones y vivir en su mundo. Sin embargo, lo que encontró lo contaminó. La crueldad, la violencia y el odio lo transformaron. De guardián pasó a ser un depredador de la tristeza, un ente oscuro que se alimentaba de la desesperanza y del dolor.

Años después, un escritor que atravesaba una profunda depresión tras la muerte de su madre, comenzó a vivir experiencias inexplicables. Ruidos en la casa, sombras que se deslizaban por los rincones, objetos que caían solos, pesadillas que parecían demasiado reales. Los animales que convivían con él aparecieron muertos de manera brutal, y su entorno lo fue abandonando poco a poco. Lo que para los demás eran delirios, para él se convirtió en la certeza de estar siendo acosado por algo más allá de lo humano.

El punto de quiebre llegó una noche en la que escuchó, muy cerca de su oído, una voz gutural que repetía con cadencia hipnótica: BA-BA BA DOOK DOOK DOOK. Desde entonces, la presencia del ser se hizo insoportable. Su mente comenzó a resquebrajarse. Cayó en episodios de violencia descontrolada, dañando lo que más quería. Entre la culpa y la locura, decidió dejar un testimonio.

Ese testimonio tomó la forma de un libro. Un volumen extraño, con ilustraciones perturbadoras y frases que parecían juegos infantiles, pero escondían mensajes oscuros. El escritor lo tituló “MISTER BABADOOK”. Según la tradición que surgió de esa historia, el libro no solo narraba la existencia del ente, sino que funcionaba como un vehículo para propagarlo. Quien lo leía abría una puerta a la maldición.

Se cuenta que el autor fabricó múltiples copias y las dejó en manos de familias sin que ellas lo supieran. Observaba a los más vulnerables, los hogares con mayor tristeza o desesperanza, y allí dejaba caer el libro como una trampa. El BABADOOK, atraído por ese ambiente, encontraba alimento en la angustia de quienes se resistían a aceptar su existencia.

La esencia de esta leyenda se resume en una advertencia: nadie puede librarse del BABADOOK una vez que sabe de él. Su fuerza aumenta cuando se le niega. El que lo ignora pierde poco a poco la cordura, y lo único que le queda es ver cómo destruye todo lo que ama. Se manifiesta con tres sonidos, graves y repetidos, que anuncian su llegada.

Su mito ha sobrevivido porque toca un miedo ancestral: el de lo desconocido que habita en las sombras y se nutre de las emociones humanas más oscuras. No es solo un monstruo externo, sino el reflejo de lo que guardamos en nuestro interior y no queremos enfrentar. Y quizás ahí radica lo más aterrador de todo.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 108

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