Durante la Edad Media, era habitual cortar la parte del cuerpo con la que una persona había cometido un crimen. Estos miembros amputados se exhibían como advertencias para disuadir a otros de cometer delitos. Sin embargo, las manos izquierdas tenían un significado especial debido a una creencia macabra. No importaba a quién perteneciera sino el crimen cometido con ella. Conocer el delito y la historia detrás de la mano era crucial. ¿Por qué era tan importante?
Una antigua creencia europea sostenía que un candelabro hecho con la mano izquierda de un criminal ahorcado, conocido como "la mano de la gloria", poseía poderes sobrenaturales. El escritor británico Sabine Baring-Gould afirmaba que esta mano podía abrir puertas, hechizar personas e incluso volver invisible a su dueño. Por ello, los ladrones del siglo XVI la consideraban esencial para cometer sus fechorías. En uno de sus escritos, dice: “Romperá piedras, abrirá montañas para revelar tesoros ocultos, o adormecerá en un sueño mágico a los extraños, o, de nuevo, los resucitará”.
Las historias sobre el uso de estas manos se difundieron por toda Europa, desde Finlandia hasta Italia y desde Irlanda hasta Rusia. Obtener una no era sencillo. No se podía comprar en una tienda ni adquirirla de una bruja; quien deseaba usarla debía fabricarla por sí mismo. Este siniestro amuleto se utilizaba para que las víctimas de un robo cayeran en un profundo sueño mientras el delito se cometía. Para que esto ocurriera, la mano debía pasar por un estricto ritual que le confería sus supuestos poderes mágicos.
El escritor francés Collin de Plancy detalló el proceso en su libro "Dictionnaire infernal", publicado en 1818. Primero, la mano se envolvía en tela para exprimir cualquier rastro de sangre. Si la tela pertenecía al muerto, se pensaba que el poder se duplicaba. Luego, se colocaba en un recipiente de barro con sal y pimienta pulverizada. Se tapaba la vasija y se dejaba la mano en la mezcla durante quince días hasta que estuviera seca. Después, se exponía al sol del mediodía hasta que se secaba completamente. Si el sol no era suficientemente fuerte, se secaba en un horno calentado con verbena.
Una vez momificada, se preparaban las velas. Se mezclaba la grasa del cuerpo del ahorcado o de un dedo de un niño muerto con cera virgen y sésamo de Laponia. Se colocaba una vela en cada dedo. El ritual incluía colgar la mano en la rama de un roble por tres noches consecutivas y luego en el ojo de la cerradura de una iglesia. Durante este proceso, el dueño debía permanecer al lado de la mano, especialmente en la iglesia, hasta que cantara el gallo.
Según el libro "Maravillosos secretos de la magia natural y cabalística" de Alberto Magno, para escapar de los poderes de la mano de la gloria se debía frotar los umbrales y perillas de las casas con un ungüento especial hecho de bilis de gato negro, grasa de gallina blanca y sangre de búho, aplicado durante el verano para ser efectivo. Esta creencia persistió hasta el siglo XIX, especialmente en Inglaterra, y se dice que varios intelectuales la usaron para diversos fines. Un ejemplo es John Dee, matemático que utilizó el espiritismo y la brujería para aprender sobre el mundo, conocido por su labor como astrónomo, astrólogo y consultor de la reina Isabel I.
El último ejemplar de este amuleto está en el Museo Whitby, en el noreste de Inglaterra. Fue encontrado por el albañil Joseph Ford en 1935, mientras demolía una casa vieja. Desde entonces, se exhibe en una caja de vidrio, esperando a los curiosos que quieran conocer su aterradora historia. Este objeto también ha ganado popularidad en la cultura del siglo XXI. Aparece en cómics como "Hellboy", en sagas literarias como "Cazadores de Sombras" y en series de tv, como "Los Simpson" y en particular en el capítulo 6 de la temporada 3, de "Supernatural", “Cielo Rojo al Amanecer” los hermanos Winchester, Sam y Dean se topan con este extraño objeto mágico. Incluso el cine hace mención de ella, en "Harry Potter", donde una vela encendida en la mano permite ver en la oscuridad a quien la usa.
Recopilación
El PELADO Investiga
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