En la película “El laberinto del fauno” de Guillermo del Toro, aparece una criatura que se conoce como el Hombre Pálido. Es un ser espeluznante que se sienta al final de una larga mesa, aparentemente dormido, hasta que la protagonista, Ofelia, lo despierta por accidente. En ese momento, la criatura se coloca unos ojos en las palmas de las manos y comienza a moverse, revelando su naturaleza aterradora.
El Hombre Pálido es, sin duda, uno de los personajes más inquietantes de la película. Pero, ¿quién es realmente esta misteriosa figura? ¿Qué representa? Desde un punto de vista simbólico, el Hombre Pálido puede interpretarse como una representación del totalitarismo. En el contexto de la película, encarna al gobierno y a la Iglesia, entidades que devoran la inocencia, simbolizada en las hadas y en la misma Ofelia. Esta conexión se hace aún más evidente cuando observamos la escena en la que el Hombre Pálido tiene ante él una mesa repleta de manjares, que ignora porque prefiere alimentarse de los inocentes.
El diseño del Hombre Pálido también parece estar inspirado en la obra “Saturno devorando a sus hijos” de Francisco de Goya. En la pintura, el dios, una figura mitológica que representa el tiempo, devora a sus hijos por miedo a que lo destronen. De manera similar, el Hombre Pálido devora la inocencia, reflejando un miedo al cambio y a perder el control. Esta idea se relaciona directamente con las acciones de un régimen totalitario, que teme ser derrocado y, por ello, actúa de manera cruel e inhumana.
Además de su simbolismo, el aspecto físico del Hombre Pálido es particularmente perturbador. Su piel es flácida, como la de alguien que ha perdido mucho peso, y cuelga de su cuerpo de una manera grotesca. No tiene ojos en la cabeza, pero puede ver a través de los ojos que coloca en las palmas de sus manos, lo que lo hace aún más aterrador. Esta peculiaridad recuerda a las Grayas de la mitología griega, tres hermanas que compartían un solo ojo y un diente.
También es interesante notar la influencia de la literatura de terror en la creación del Hombre Pálido. Su aspecto se asemeja al de Y'Golonac, una criatura de los Mitos de Cthulhu creados por Ramsey Campbell. Al igual que el Hombre Pálido, Y'Golonac es una entidad ciega y pálida, que tiene ojos en las palmas de sus manos. Aunque es un dios oscuro y perverso, lo que lo hace aún más inquietante es su deseo de devorar a sus víctimas, sin interés en convertirlas en seguidores.
En resumen, el Hombre Pálido es una criatura que combina elementos mitológicos, literarios y simbólicos para crear una figura verdaderamente aterradora. No solo es un monstruo en apariencia, sino que también representa los temores y las crueldades de los sistemas totalitarios. Guillermo del Toro ha logrado, con esta creación, una representación visual del terror más profundo, mezclando lo mitológico con lo contemporáneo, y creando una figura que perdurará en la memoria de los espectadores.
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