“Time” es un álbum conceptual que relata la historia de un hombre que es transportado por viajeros del tiempo hasta finales del siglo XXI. Una vez allí, queda maravillado por las visiones futuristas de la humanidad, pero comienza a preocuparse por el tiempo en el que allí vive, donde ha dejado a la mujer que ama. Aunque se le provee una mujer robot, que obedece a todos los mandatos sin cuestionarlos, pronto se da cuenta de que es un pobre sustituto para su verdadero amor, debido a que el robot nunca podrá amar ni él podrá amar nunca a la máquina.
La temática de "Time” guarda similitudes con el primer álbum conceptual de ELO, “Eldorado” (que lo tenemos como un expediente en carpeta para analizar muy pronto). Aunque este último incluye una orquestación más prominente y “Time” figura con canciones más breves y más cercanas al género pop, ambos trabajos relatan la historia de un hombre que sueña despierto con viajar a un mundo nuevo y mejor con el único fin de quedar desencantado y alienado con lo que encuentra.
Aclarado esto vamos con la pieza musical de este trabajo discográfico maravilloso:
“La forma en que la vida debe ser” (The Way Life's Meant To Be)
La canción es una reflexión profunda sobre el cambio, la nostalgia y la desilusión. Jeff Lynne, nos lleva en un viaje a través del tiempo y el espacio, donde el protagonista se encuentra en un lugar extraño y desolador, muy diferente de lo que una vez conoció. La letra comienza con el personaje recordando el largo camino que ha recorrido para llegar a este punto, solo para encontrarse en una tierra extraña, rodeado de desconocidos. Esta sensación de alienación y desconexión es palpable, y se pregunta si esta es realmente la forma en que la vida debería ser.
A medida que la canción avanza, reflexiona sobre cómo todo lo que conocía ha cambiado. La calle que una vez fue familiar ahora es irreconocible, y siente una profunda vergüenza por lo que se ha hecho a su hogar. Esta transformación del entorno puede interpretarse como una metáfora de la pérdida de identidad y la destrucción de los valores y recuerdos que una vez fueron importantes. La letra sugiere una crítica a la modernización y la deshumanización de la sociedad, donde las “torres de marfil y sus flores de plástico” representan una belleza superficial y artificial.
El deseo del protagonista de regresar a 1981, refleja una añoranza por tiempos más simples y auténticos. La mención de querer ver el rostro de alguien en lugar de la desolación actual subraya la importancia de las conexiones humanas genuinas. La canción concluye con una pregunta retórica que resuena profundamente: “Y me pregunto, sí, me pregunto, ¿es esto? La forma en que debe ser la vida”. Esta pregunta encapsula la incertidumbre y la melancolía que impregnan toda la canción, dejando al oyente reflexionando sobre el verdadero significado de la vida y el impacto del progreso en nuestra humanidad.
Tema musical incluido en el #expediente 54, del 09.08.2024
Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 54
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