La música de esta película fue creada por un talentoso compositor, hablamos de Bear McCreary, conocido por su trabajo en producciones de éxito, tanto en cine cómo en tv. Este artista, que ha hecho una carrera en el ámbito de la ciencia ficción y el horror, se sintió atraído por la oportunidad de trabajar en una franquicia que lo había cautivado desde su infancia. La relación con el director del filme, quien ya había trabajado en proyectos anteriores que el compositor admiraba, fue un factor determinante para su elección.
El compositor expresó su entusiasmo por colaborar en este proyecto, ya que era una gran oportunidad para contribuir a un mundo cinematográfico que siempre le había apasionado. Desde niño, había estado expuesto a las aventuras de “Godzilla”, y se sumergió de nuevo en esas historias para encontrar la inspiración adecuada que pudiera igualar la pasión del director por la franquicia.
Desde el inicio, el director y el compositor tuvieron la intención de revivir algunas de las composiciones más memorables de las películas anteriores de “Godzilla”, incluso la del primer filme de 1954. Aunque la producción de esa primera banda sonora no era la más avanzada tecnológicamente, su innovación y el uso de instrumentos tradicionales como el “taiko” crearon un rugido icónico que resonó en la historia del cine.
El compositor destacó la influencia de un legendario músico que fue fundamental en la creación de la atmósfera sonora de “Godzilla”. Este maestro no solo dejó una huella en la música de la película, sino que también influyó en el desarrollo de bandas sonoras en el cine de ciencia ficción y horror. Su legado se considera uno de los más destacados de la época, comparable a otros hitos en la música de películas.
Para darle un giro especial a la banda sonora, el compositor decidió reunir a varios artistas conocidos y grabar su propia versión de un clásico de “Godzilla”. Esta propuesta sorprendió gratamente al equipo, y se tomó la decisión de incluirla en los créditos finales, reforzando la conexión emocional con los espectadores.
El director visualizó el filme como una “ópera de monstruos”, y esta visión transformó la manera en que el compositor abordó su trabajo. Inspirado por esta metáfora, decidió que el desenlace de cada secuencia musical no representaría solo el final de una pelea, sino más bien el cierre de un acto en una gran obra, como sucede en una ópera clásica. De este modo, su objetivo era evocar la idea de deidades ancestrales que resurgen de las profundidades.
A través de esta obra, se presenta una nueva interpretación del legado de “Godzilla”, un ícono cultural que continúa evolucionando y resonando en la imaginación de generaciones. La música, como vehículo de emociones y simbolismo, se convierte en un elemento esencial que refuerza el impacto de esta historia y su conexión con el público, consolidando aún más a “Godzilla” como el “rey indiscutible de los monstruos”.
Tema musical incluido en el #expediente 63, del 11.10.2024
Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 63
