ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 95 | 13.06.2025

KASPAR HAUSER


Su historia es una de las más desconcertantes del siglo XIX, una trama que mezcla misterio, intriga política y tragedia humana. El 26 de mayo de 1828, un joven de alrededor de 15 años apareció de manera repentina en Núremberg. No sabía hablar, apenas podía caminar, y su comportamiento era el de alguien que había estado completamente aislado del mundo. Portaba una carta dirigida a un capitán del ejército y repetía mecánicamente su nombre: Kaspar Hauser.

Lo más sorprendente es que, pese a su comportamiento errático, sabía escribir su nombre y mostraba una inteligencia que, aunque inicialmente limitada por su aislamiento, se fue desarrollando con rapidez. Las investigaciones médicas determinaron que el joven no era mentalmente discapacitado, sino que había sido privado deliberadamente de estímulos sociales y físicos desde una edad muy temprana. Según los informes de los doctores que lo examinaron, había pasado más de una década en condiciones infrahumanas, en una celda oscura, alimentado sólo con pan y agua, sin contacto humano.

Este comienzo ya de por sí dramático se tornó aún más enigmático cuando comenzaron a circular teorías sobre su posible origen noble. Algunas voces aseguraban que era el legítimo heredero al trono del Gran Ducado de Baden, un niño que fue sustituido al nacer y ocultado por motivos políticos. La versión más extendida sostiene que era hijo del gran duque Carlos de Baden y de Estefanía, sobrina de Josefina Bonaparte. En aquel tiempo, su existencia habría interferido con los intereses dinásticos de quienes, tras su desaparición, se hicieron con el poder.


Anselm von Feuerbach, un destacado jurista alemán, fue uno de los principales defensores de la legitimidad de Kaspar como miembro de la casa de Baden. Tras una minuciosa investigación, habría enviado un informe secreto a la reina Carolina de Baviera en 1832. Poco después murió en circunstancias sospechosas. Un año más tarde, el 14 de diciembre de 1833, el joven fue mortalmente apuñalado por un desconocido. La policía nunca encontró al asesino, aunque se halló una nota críptica que aludía a su procedencia.

Las sospechas no solo apuntaban a una conspiración política local. Algunos teóricos más recientes especulan con la posibilidad de que Hauser, de haber sobrevivido, hubiera cambiado el curso de la historia europea. Como figura con ascendencia tanto francesa como alemana, podría haber actuado como un puente entre dos potencias que se enfrentaron en múltiples guerras a lo largo del siglo XIX y XX. De hecho, algunos analistas consideran que su ascenso podría haber evitado enfrentamientos como la guerra franco-prusiana, e incluso alterado los equilibrios que desembocaron en las dos guerras mundiales.

La magnitud de su posible papel ha motivado nuevas investigaciones. En años recientes, instituciones alemanas y británicas han recurrido al análisis genético de restos de sangre conservados desde su asesinato, con el fin de verificar su linaje. Tal como se hizo con la familia Romanov en Rusia, se busca comparar el ADN extraído con el de descendientes vivos de la casa de Baden. Las técnicas modernas permiten alcanzar una fiabilidad del 99%, aunque el paso del tiempo complica los resultados.

Más allá de su origen, quienes lo conocieron hablaron de él como un ser de excepcional pureza e inteligencia. Su primer tutor, Daumer, lo describió como un "hombre de los orígenes", con una sensibilidad fuera de lo común y una memoria prodigiosa. Era capaz de distinguir materiales ocultos solo por el contacto, y absorbía conocimientos como si su mente fuera una hoja en blanco.

Su historia sigue viva, no solo por la tragedia personal que representa, sino porque encierra una pregunta sin respuesta: ¿cómo sería Europa hoy si se le hubiera permitido ocupar el lugar que, quizás, le correspondía por derecho?

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 89

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