ESCUCHA EL #EXPEDIENTE Nº 114 | 24.10.2025

POLANSKI Y EL INFIERNO: LA NOVENA PUERTA


Imagina un mundo donde cada libro es un mapa, cada símbolo una llave y cada gesto un secreto. Ese es el universo de “La Novena Puerta”, la obra de Roman Polanski que no solo nos cuenta la historia de un libro legendario, sino que nos sumerge en un laberinto de obsesión, poder y oscuridad. La película comienza con Dean Corso, un coleccionista de libros raros, entrando en una librería antigua. A simple vista, un hombre buscando su próximo hallazgo. Pero pronto descubrirás que su búsqueda no es por curiosidad: es por conocimiento prohibido… un conocimiento que puede costarle la vida.

Corso se embarca en la misión de encontrar las tres copias auténticas de “Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras”, un libro que, según se dice, puede invocar al diablo. Cada página está grabada con símbolos crípticos y detalles minuciosos que esconden la clave de un poder ancestral. Sin embargo, lo que parece una simple investigación se convierte rápidamente en una carrera peligrosa: cada encuentro con un coleccionista, cada puerta que cruza, cada librería que visita, está cargada de engaños, trampas y presencias invisibles.


Desde el primer momento, Polanski nos sumerge en un mundo donde la realidad y la superstición se confunden. Las calles se transforman en escenarios de misterio; las bibliotecas se convierten en templos de secretos prohibidos. Los detalles más pequeños, como un cigarrillo que Corso fuma o una mosca que zumba en la oscuridad, son señales de que nada es casualidad. Cada objeto, cada gesto, es parte de un código que solo los valientes —o los insensatos— pueden descifrar.

Y luego está ella: la misteriosa mujer que aparece en la vida del protagonista como una sombra hipnótica. Su identidad es ambigua, su influencia peligrosa. A veces lo protege, otras, lo desafía, siempre manteniendo el control. Su presencia sugiere que lo que persigue Corso no es solo un libro, sino una fuerza viva, inteligente y siniestra que lo observa, lo manipula y lo prueba a cada paso. Su relación con él se convierte en un juego de seducción y terror, un reflejo de la eterna lucha entre la tentación y la razón.


Cada copia del libro que examina está llena de trampas y secretos. Los grabados no son idénticos: diferencias sutiles indican falsificaciones, y solo al identificar la autenticidad de cada ilustración el protagonista puede acercarse a la verdad. Uno de los grabados muestra a una mujer sobre un dragón; en la película, su rostro se reemplaza con el de la misteriosa mujer, sugiriendo que la misma oscuridad que Corso busca lo está guiando… o acechando. Polanski juega con la obsesión del protagonista, mostrando cómo la búsqueda del conocimiento prohibido transforma la mente humana, mezclando deseo, miedo y fascinación en un solo hilo conductor.

El peligro se intensifica en cada escena. Las calles y castillos europeos se convierten en trampas históricas: cada puerta cerrada, cada sombra, cada susurro es una advertencia. Boris Balkan, su rival, utiliza símbolos como el 666 para abrir secretos ocultos, un recordatorio de que el mal no siempre se presenta de forma obvia. Las referencias al ocultismo, al esoterismo y a la historia del satanismo están tan incrustadas en la narrativa que el espectador siente que cada objeto, cada gesto, cada mirada podría tener un significado oculto.

El clímax llega en la fortaleza conocida como la Novena Puerta, un lugar donde lo real y lo sobrenatural se mezclan. Corso interpreta finalmente los símbolos auténticos, reconoce la autenticidad de los grabados y enfrenta a quienes buscan el poder absoluto. Pero Polanski no nos da respuestas fáciles: la conclusión es ambigua. ¿Corso, obtuvo el conocimiento supremo? ¿O simplemente fue absorbido por su obsesión? Esa incertidumbre, ese equilibrio entre triunfo y pérdida, es lo que deja al espectador con una sensación de inquietud y maravilla.

“La Novena Puerta” no es solo una película sobre libros antiguos o rituales oscuros. Es un viaje a través de la mente humana, a los límites de la obsesión, y a la seducción de lo prohibido. Cada escena, cada objeto, cada personaje está cargado de simbolismo. Polanski nos recuerda que la búsqueda del conocimiento puede ser tan peligrosa como la ignorancia, y que algunas puertas, una vez abiertas, cambian para siempre al que osa cruzarlas.

Recopilación
El PELADO Investiga
# EXPEDIENTE 105

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