El relato de ciencia ficción "¿Quién anda ahí?" de John Campbell, publicado en 1938, dejo un legado significativo, sirviendo de inspiración para las películas "La Cosa de otro mundo" (1951) y "La Cosa" (1982) dirigida por John Carpenter. Este cuento rompe con los clichés de la ciencia ficción de su época al presentar una criatura alienígena con características inusuales, capaz de copiar la apariencia, recuerdos y personalidades de sus víctimas.
La trama se desarrolla en una base científica en la Antártida, donde los investigadores descubren una nave estrellada y un alienígena enterrado en el hielo. Al descongelarse, la criatura infecta a un miembro del grupo, propagándose al asumir la forma de sus víctimas, incluso adoptando la del perro de la base. La entidad alienígena preserva los recuerdos, pensamientos y conocimientos de sus huéspedes, planteando la incógnita de si es una entidad inteligente o simplemente un parásito.
El relato comparte similitudes con la obra de Lovecraft, "El color que cayó del espacio", introduciendo la idea de una bioquímica extraterrestre plausible. Ambas historias presentan seres alienígenas no humanoides, desconocidos y con propiedades mutagénicas. Tanto "¿Quién anda ahí?" como "El color que cayó del espacio" exploran la posibilidad de formas de vida extraterrestres con una química radicalmente diferente a la de la Tierra.
Aunque Campbell no revela detalles sobre la composición bioquímica de la criatura en su relato, Lovecraft proporciona más información sobre el "El color que cayó del espacio". Ambos seres muestran una capacidad para alterar genéticamente organismos, registrando estos cambios con alteraciones evidentes en el comportamiento de las víctimas.
Una diferencia clave entre ambas historias radica en sus objetivos. Mientras la entidad de "¿Quién anda ahí?" llega para esparcirse entre todas las formas de vida y establecerse, el "El color que cayó del espacio", regresa a su lugar de origen de manera abrupta. Ambos podrían interpretarse como tecnología extraterrestre diseñada para registrar y cosechar proteínas y ADN, o incluso como fenómenos naturales antagónicos a nuestro mundo.
Se plantea la posibilidad de que “La COSA” y "El color que cayó del espacio", sean la primera fase de una invasión a gran escala, cápsulas para depositar esporas o semillas cósmicas capaces de alterar la cadena de ADN de los ecosistemas terrestres o de infectar y reducir la humanidad como posibles enemigos.
En última instancia, la presencia inquietante de estos seres extraterrestres no es esencial para disfrutar de las intrigantes tramas de ambos relatos. Aunque Lovecraft puede tener una ligera ventaja sobre Campbell, ambas historias ofrecen una exploración fascinante de lo desconocido y desafían los límites de la ciencia ficción.
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El PELADO Investiga
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