Madame LaLaurie, es recordada por su temible apodo, “la vampiresa de Nueva Orleans”. Se la considera una de las figuras más aterradoras de la historia americana, vinculada a oscuros paralelismos con Elizabeth Bathory, conocida como la “Condesa Sangrienta”. Nació en 1775 en una familia acaudalada y, a lo largo de su vida, incluso bajo graves acusaciones, mantuvo su posición en los círculos más influyentes de Nueva Orleans. Sin embargo, no era una vampiresa sobrenatural como los mitos sugieren, sino una mujer cruel y despiadada que sometió a torturas y asesinatos a decenas de esclavos. Su vida marital no fue menos escalofriante: contrajo matrimonio tres veces, y los tres esposos murieron en circunstancias rodeadas de sospechas.
En 1884, un incendio consumió su mansión y desató los horrores ocultos entre sus muros. A pesar de la negativa inicial de la propietaria, las autoridades ingresaron a la fuerza a las áreas reservadas para los esclavos. Lo que encontraron en los sótanos alimentó las leyendas de vampirismo que ya circulaban sobre ella. Había cadáveres encadenados a las paredes, con signos de haber sido sometidos a mutilaciones y métodos de tortura inimaginables. Algunos tenían los ojos perforados, otros carecían de uñas, y muchos presentaban signos de haber sido drenados de sangre, presuntamente por la misma Madame LaLaurie, quien buscaba mantener su belleza. Sin embargo, los retratos que han sobrevivido muestran que este macabro método no surtió efecto alguno.
Otro de sus macabros intereses era su fascinación por las larvas y las orugas. Este mórbido gusto iba más allá de la simple observación. Una de sus prácticas más atroces consistía en amputar extremidades a sus víctimas y exponer los torsos en los muros del sótano, lo que reflejaba su obsesión con estas criaturas. En algunos casos, volvía a unir los miembros amputados en posiciones grotescas, creando figuras que recordaban cangrejos o escorpiones. Según estimaciones, más de cien personas sufrieron bajo su crueldad.
Tras la confirmación de los rumores sobre sus actividades, huyó a París, donde oficialmente se reporta que murió en 1842. No obstante, versiones menos documentadas sugieren que regresó a Nueva Orleans y continuó practicando sus atroces ritos hasta su muerte. Algunos creen que su tumba se encuentra en el cementerio de Saint Louis, donde una inscripción en francés reza:
“Madame LaLaurie, nacida Marie Delphine Macarty, murió en París, el 7 de diciembre de 1842, a la edad de 6...”.
Como dato adicional para quienes deseen explorar su tétrica figura en la cultura popular, la serie de televisión “American Horror Story: Coven” incluyó a este personaje en su tercera temporada, interpretado magistralmente por Kathy Bates.
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