En los últimos años, ha circulado insistentemente en redes sociales y foros de internet una teoría que involucra a una supuesta élite global vinculada a ritos satánicos, acusada de secuestrar niños para extraer una sustancia llamada “adrenocromo”. Esta teoría conspirativa, combina antiguas narrativas discriminatorias con conceptos modernos para generar temor y desinformación.
Según los proponentes de esta idea, se obtiene mediante la oxidación de la adrenalina, extraída de niños sometidos a torturas y otras atrocidades que estimularían sus glándulas suprarrenales. Se afirma que esta sustancia, considerada más potente que la heroína, es utilizada por esta élite para lograr un efecto rejuvenecedor.
La teoría ganó notoriedad en 2023 durante la promoción de la película “Sonidos de Libertad”, cuando su protagonista, el actor Jim Caviezel, mencionó una presunta conspiración de tráfico infantil relacionada con el adrenocromo. El actor, conocido por su papel en "La pasión de Cristo" (2004), ha adoptado posturas conservadoras y respaldado teorías conspirativas, lo que alimentó la atención hacia esta narración.
Sin embargo, esta teoría tiene raíces en el "libelo de sangre" medieval, una acusación falsa utilizada para justificar la persecución de comunidades judías, resurgen en el contexto moderno, adaptadas para generar temor y odio, aprovechando plataformas digitales que amplifican su alcance.
El adrenocromo es, de hecho, una sustancia química real, que resulta de la oxidación de la adrenalina. Durante las décadas de 1950 y 1960, se investigó su posible relación con estados psicóticos y la esquizofrenia, aunque estos estudios fueron desestimados por sus fallas metodológicas. También existe una patente de 1983 que describe un proceso para sintetizarlo en laboratorios, lo que desmiente la necesidad de obtenerlo de seres vivos.
La idea de que el adrenocromo se extraiga de niños mediante rituales es completamente falsa. No tiene propiedades mágicas ni rejuvenecedoras, y puede ser producido sintéticamente para investigación científica. A pesar de ello, las teorías conspirativas han vinculado esta sustancia con figuras públicas como los Clinton, los Obama, Oprah Winfrey y Tom Hanks, acusándolos de liderar redes de tráfico infantil. Estas ideas se intensificaron durante la pandemia de COVID-19, cuando imágenes de celebridades en apariencia descuidadas fueron interpretadas como "síntomas de abstinencia de adrenocromo".
En diferentes foros de internet, estas teorías conspirativas han persistido desde 2013. En 2020, se propagaron afirmaciones sin fundamento sobre la intervención de Vladimir Putin en Ucrania para destruir plantas de producción de adrenocromo y detener envíos a Estados Unidos. Este tipo de desinformación no es inocuo; perpetúa estereotipos discriminatorios y fomenta un miedo infundado.
Desenmascarar estas teorías es fundamental para combatir la desinformación y proteger a las comunidades vulnerables a discursos de odio. Lejos de ser una "droga milagrosa", el adrenocromo simboliza cómo las narrativas falsas pueden ser utilizadas como herramientas de división y manipulación en la sociedad.
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El PELADO Investiga
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